El Mundial de MotoGP de este año es, sin duda, uno de los campeonatos más fascinantes de las últimas décadas. Por muchos y diversos motivos que, curiosamente, se han dado cita, todos, todos, en el Circuito de Cataluña, sede del séptimo gran premio de la temporada después de que Maverick Viñales (Yamaha), sólido líder, ganase en Qatar, Argentina y Francia; Marc Márquez (Honda), le replicase contundentemente en Austin (Texas, EEUU); Dani Pedrosa (Honda) se pasease por Jerez y Andrea Dovizioso (Ducati) gritase un ¡yo también gano! ante más de 97.000 tifosi en Mugello, que no fue Mugiallo porque falló Valentino Rossi (Yamaha), que lleva ocho años persiguiendo el décimo.

El campeonato es apasionante porque tiene un líder, Viñales, que se quiere comer el mundo pasando, incluso, por encima del icono de las dos ruedas, su compañero Rossi, desea reducir al tricampeón actual y más joven de la historia, Márquez, conteniendo, un año más, la pasión de Pedrosa, que persigue su primer título grande y apaciguando las ansias de campeonar de la poderosa Ducati-Audi, que se ha gastado 12 millones de euros por temporada para tener al tricampeón Jorge Lorenzo y tratar de alcanzar la gloria.

Y llega Montmeló y, de nuevo, hay lío con el trazado. Y, de nuevo, hay cachondeo con los neumáticos Michelin. Y, de nuevo, unos dicen, ya el primer día, que es imposible ganar y otros sueñan con que, esta vez sí, les ha tocado la lotería de las ruedas buenas. La verdad es que ayer Márquez voló, pero dijo que era «porque hicimos un test hace pocos días y eso se nota, como se notó el viernes de Le Mans que Yamaha había ido a probar unos días antes allí». Ya ven, pura lógica de campeón.

Pero Viñales, mientras, ha insultado a los ingenieros de Michelin diciendo que las ruedas que han traído aquí son una porquería, que no se agarran al asfalto y que ¡ya vale, hombre! Rossi, su compañero de box, le ha contestado que no hay para tanto «que el problema es del asfalto, que debe cambiarse ¡ya! y que está en las últimas». Y Márquez también le ha enviado un recadito al flamante nuevo líder de Yamaha: «No es para tanto. Maverick debería de saber que es viernes y, seguro, que mañana (es decir, hoy), se meterá en primera línea de la parrilla».

Lo cierto es que los Michelin están siendo un poco lotería. En Mugello no fueron bien para la Honda y aquí se intuye que no irán bien para la Yamaha, pero tanto Rossi, como Márquez, como Pedrosa, que son los que más saben, dicen que «con más calor y más vueltas, puede cambiar todo». Para ellos, Viñales corrió demasiado… a la hora de vomitar sobre Michelin, que le habrá vuelto a enviar un correo de protesta a su portátil, fijo.