Dicen que no tienen más ideología que la verdiblanca. Y que ellos no son los culpables de que el estadio del Cacereño vaya a ser clausurado por un encuentro. Son el Escuadrón Verdiblanco, el grupo ultra del club del Príncipe Felipe, aunque les gusta más que les vean como hinchas, como seguidores a muerte de un equipo del que aseguran ser los únicos animadores. Sólo son treinta, de edades comprendidas entre los 16 y 30 años, y se les ve dolidos por el hecho de que la directiva les haya señalado con el dedo para justificar el cierre decidido por el comité de competición.

El grupo se fundó hace siete años con la única inspiración de seguir al Cacereño en el mayor número de campos posible. Sus representantes han estado esta temporada en todos los partidos, incluyendo desplazamientos tan lejanos como los de Ceuta o Murcia. "La sanción que se le ha puesto al club es desproporcionada", afirma uno de sus líderes, que argumenta, en cualquier caso, que ésta no se fundamenta en la piedra que salió de su sector y que, según el acta, rozó al árbitro asistente durante el Cacereño-Extremadura. "No lo justificamos y estamos en contra de toda violencia. En siete años apenas hemos tenido incidentes con otras aficiones. Pero hay que tener en cuenta que un jugador del Extremadura, Elías, nos hizo varios cortes de mangas tras marcar un gol y que cualquiera puede perder los nervios", indica.

El núcleo dirigente del Escuadrón se muestra "extrañado" con que el club haya dicho ahora que se reunirá con ellos para pedirles "tranquilidad". "En tres años que lleva Félix Campo como presidente nos ha hablado una vez. No nos ayudan en los gastos de los viajes y sólo los jugadores nos facilitan entradas...", se quejan. Sin embargo, anuncian que seguirán animando "más que nunca".