El reloj de los equipos extremeños de Segunda B se ha puesto a cero. La temporada ha dado comienzo después de un mes de pretemporada con más sombras que luces. Cacereño, Arroyo y Villanovense preparan desde ayer sus compromisos del fin de semana --San Roque, Sevilla Atlético y Jaén, respectivamente-- con los que darán comienzo a la campaña. Mientras que el conjunto serón ha cerrado la preparación un dulce sabor de boca --a pesar de la última derrota ante el Guijuelo--, en Cáceres y Arroyo de la Luz hay más dudas.

El Cacereño peleará portodo desde la austeridad

Con un nuevo recorte presupuestario --aunque no se conocen ni las cifras de este ni de los anteriores-- el Cacereño no quiere ponerse metas, aunque sabe que pelear por los puestos altos está muy caro. El devenir de la competición irá marcando los objetivos, como en años anteriores.

En una plantilla donde más de un tercio de los jugadores son nuevos (anoche confirmó que Pablo Gallego, a prueba, se queda definitivamente), la pretemporada de Aitor Bidaurrázaga, que se estrena al frente de la nave verde después de ser ayudante de Angel Marcos la pasada campaña, ha consistido en ajustar piezas nuevas y viejas para buscar un once de garantías.

Aunque no se puedan sacar muchas conclusiones de los partidos de pretemporada, donde priman las pruebas sobre la eficiencia en el conjunto del equipo, el Cacereño ha dejado vislumbrar algunas carencias, como las dificultadas para ver portería, un mal que arrastra todas las temporadas. También debe reajustar el técnico la defensa, puesto que a pesar de acabar con su portería a cero en cuatro de las ocho citas de preparación, se han visto algunos errores que a partir de ahora pueden salir muy caros.

Otra de las asignaturas pendientes parece la captación de socios. Aunque no hay cifras oficiales, todo apunta a que avanza a un ritmo lento, aunque la primera cita en casa no llegará hasta el 31 de agosto (Almería B) y aún hay tiempo.

El renovadísimo Arroyopromete mucha lucha

Si hay un equipo renovado ese es el Arroyo. Sigue el técnico que terminó la pasada temporada, José Francisco Grao Pato , pero solo lo acompañan tres jugadores de ese último ejercicio y uno de ellos, Domingo Chori Pérez apenas participó por una lesión de larga duración (los otros dos que siguen son Bayón y Santi Polo). En cuanto al resto, ha buscado jugadores de su zona de actuación (Levante, Cartagena y Murcia, entre otros) para hacer un equipo peleón que tratará de mantener la categoría por tercer año consecutivo, lo que volvería a ser un gran logro para una localidad de poco más de 6.000 habitantes.

De momento, la pretemporada ha dejado algunas dudas. Solo dos victorias, ante Chinato (Regional Preferente) y Extremadura (Tercera), y derrotas, entre otras, ante los otros dos representantes extremeños de Segunda B. Pero no saltan las alarmas. Pato confía en su estilo para dar la vuelta a la situación y no pasar los apuros del último ejercicio. El apoyo de la grada volverá a tenerlo. El económico tampoco faltará --aunque este curso se promete más austeridad-- con una directiva presidida por Teodora Ramos, esposa de Juan Bermejo, guía del club hasta la categoría de bronce.

El Villanovense vuelve a

2 B sin incertidumbres

El Villanovense ha hecho los deberes a tiempo, lo que está repercutiendo en la preparación de la temporada. Con una plantilla compensada, completada sin prisas, las sensaciones que deja el club serón son positivas, sin llegar a la euforia. La sobriedad de sus cuentas impiden soñar con cotas más altas, pero el camino de la salvación este año puede ser menos pedregoso. Superar otra meta sería un milagro.

Julio Cobos imprime al equipo la paciencia necesaria, sin caer en el conformismo. En los últimos ensayos se ha visto una intensidad que gusta al aficionado, al igual que el trato de la pelota. La defensa es seria y en ataque hay jugadores con buena proyección. Lo tendrán que demostrar.

La mayoría de futbolistas se conocen y los nuevos han encajado bien. Cerca de una decena de jugadores son de la casa. Parece difícil que se abran grandes brechas en ese vestuario.

El buen comienzo, con muy pocos goles encajados y resultados favorables, ha ilusionado al personal. En lo social, de sobra es conocido que en Villanueva de la Serena es difícil enganchar a la gente. Llegar a los mil abonados es un reto.

Haciendo un símil gastronómico, a primera vista el restaurante tiene buen aspecto y el servicio es agradable. Todo apunta a que el menú no va a defraudar.