El antecesor de Ricardo Fernández Montaño al frente del banquillo del Mérida, Mateo Prieto, al que algunas fuentes sitúan como su posible recambio siempre que se confirme el cese del técnico de Puebla de Sancho Pérez, presenció desde las gradas del estadio Romano la derrota del pasado domingo ante el Real Jaén.

Lo extraño del caso es que le acompañaba su hombre de confianza durante su estancia en el Mérida, José Manuel Rivero. Curiosamente, Rivero sigue perteneciendo a la nómina de técnicos del club en la que figura como ojeador.

Paradójicamente, Rivero debía presenciar el Badajoz-Los Palacios para elaborar un informe del club palaciego, próximo rival romano.

Bernardo Plaza, hombre que goza de plena confianza en el club y ayudante de Fernández, siempre que se confirme el cese de éste, ejercería como técnico provisional hasta que haya acuerdo con su recambio. Plaza no tiene título nacional, pero puede dirigir al equipo dos semanas sin que el club sea multado.