Miguel Angel Mateos no dimitirá en ningún caso como entrenador del Cacereño. Al menos eso es lo que aseguró ayer en varias ocasiones a este diario, en plena tormenta alrededor de su posible destitución. El cese fue prácticamente decidido en el club entre el domingo y el lunes, pero al final se desechó o más bien se aplazó a la vista del divorcio virtual entre ambas partes.

Ni siquiera una derrota el próximo domingo ante el Imperio haría al técnico chinato reconsiderar su postura. "Vine por un proyecto de dos años, no de siete meses. Si me quieren echar, ya saben lo que tienen que hacer", indicó.

FUTURO DIFICIL Su estado de ánimo no es el mejor posible cuando sabe que gran parte de las personas que toman las decisiones en el plano deportivo del club verde están a favor de que no continúe. Aparentemente, sólo la obligatoriedad de pagarle lo que queda de temporada y la siguiente han impedido que sea ya despedido. Al presidente Félix Campo --cuyo desencanto con el Cacereño vuelve a resultar evidente-- no le seduce la idea de que la operación le sea gravosa económicamente.

La estrategia que se maneja desde hace semanas es que Mateos dimita bajo la presión de los malos resultados. "Eso no pasará. El problema no soy yo. Los jugadores hacen todo lo que pueden, estoy con ellos a muerte y creo que ellos conmigo también. No creo que la solución sea que yo me marche. No soy el culpable de esta situación. Si lo fuese, ya me habría ido", explicó.

Como ya ha mantenido en varias ocasiones, su análisis es que el equipo, formado en su mayoría por canteranos y jugadores procedentes de la Tercera División, está donde más o menos le corresponde por presupuesto, "con el agravante de que los rivales salen a tope contra nosotros porque seguimos siendo el Cacereño y todos quieren ganarnos".

Mateos está recibiendo llamadas de varios colegas interesándose por su ánimo. "Esto suele pasar y se lo agradezco, pero yo tengo la conciencia tranquila y sé cómo funciona esto, cómo es esto del fútbol", añade. Tras el día de descanso de ayer, hoy volverá a dirigir a sus jugadores con el objetivo de terminar la liga dignamente. El Cacereño está al doble de puntos de la zona de fase de ascenso (53 tiene el Don Benito, cuarto) que de la de descenso. Es posible que el quinto por la cola, ahora el Extremadura B (23), baje si desciende el Díter y no sube ningún Tercera.