Sin ningún tipo de dudas, Iban Mayo, el líder del Euskaltel, es la gran baza española para la general del Tour. Llega a la prueba tras decidir permanecer prácticamente escondido en lo que se lleva de temporada. Cada una de las pedaladas que ha dado en las carreras donde ha participado ha sido pensando en el Tour, la carrera que abandonó el pasado año tras hundirse en los Pirineos, después de haber sido la gran atracción de la temporada del 2004, con su extraordinaria victoria en el Dauphiné Libéré. Mayo asegura que le gusta el trazado montañoso que presenta la grande boucle, aunque prefiere ser cauto a la hora de contestar si se ve ganador en París. Mayo es de los pocos ciclistas capacitados para demarrar del grupo principal, tal como hizo en el 2003 cuando ganó en Alpe d´Huez. Su conservadurismo actual ha venido dado por el convencimiento que tiene de que el año pasado, "cuando iba sobrado", malgastó fuerzas en exceso, las que luego le faltaron en el Tour.

"Hay que ir con los pies en el suelo y a ver qué pasa. Hay muchos candidatos de salida y podio hacen tres y sólo gana uno. Hasta que un día entre en el podio, no diré que mi objetivo es el podio. He ganado una etapa y sé que puedo volver a intentarlo", añadió. Además, confesó afrontar el inicio de la ronda francesa "más tranquilo".