No pudo debutar Iván Déniz con victoria en el banquillo del Plasencia Galco. La octava derrota consecutiva del equipo le mete aún en más problemas en la clasificación de la LEB, en la que continúa como colista. El panorama para la salvación, aunque sea en los play-offs de permanencia, se oscurece definitivamente. Aún así, hay aspectos positivos que dan motivos para la esperanza: el equipo mejoró considerablemente en ataque y consiguió sus mejores números de la temporada de cara al aro. A cambio, la defensa no pareció tan intensa como en otras ocasiones. El nuevo entrenador utilizó a todos sus jugadores en un intento de vincularles en el objetivo común.

El partido comenzó con el Plasencia mandando en el marcador. En principio, el equipo defendía con una gran intensidad e intentaba salir al contraataque y conseguir canastas fáciles. Jesús Cilla era el hombre más destacado en ese momento, marcándose las primeras diferencias pronto. En el minuto 5 el Huelva apenas había anotado (2-8).

CON FUERZA La máxima diferencia fue de 12-20 (min. 8). Los cambios introducidos por Quim Costa paliaron la situación, sobre todo con la entrada de Corbacho y Van Lacke, acertados en el tiro exterior. El electrónico se igualó rápidamente, llegándose al final del primer cuarto con 23-23.

Después, la igualdad se mantendría hasta el descanso. Sin embargo, al Plasencia se le veía más fresco en su juego, sobre todo en ataque. Déniz dio entrada a sus once jugadores, con un Cilla muy inspirado. A los 14 minutos llevaba 12 puntos.

Mientras las defensas subían de intensidad, el Huelva se puso por delante por primera vez en el minuto 17 (40-39).

El partido se convirtió en un auténtico correcalles antes del descanso. El Plasencia encontró en el base argentino Gaby Domínguez en un revulsivo, con siete puntos consecutivos, incluyendo dos triples. En el intermedio, ligera ventaja de los extremeños, que conseguían una anotación inédita en lo que va de temporada en un sola mitad (46-48).

Tras la reanudación se produjo una salida fulgurante del conjunto placentino. Un 2-6 de parcial obligó a Costa a pedir un rápido tiempo muerto, lo que sirvió para que sus jugadores reaccionasen. La respuesta fue un 7-0 que igualó la contienda (57-57, min. 25).

SIN SOLUCION A partir de entonces, Van Lacke lideró a los suyos, que empezaron a tomar ventajas que serían definitivas. El Plasencia pareció relajarse y recuperó su peor versión en ataque de esta temporada. Hasta el Huelva superaba en intensidad defensiva a su rival, lo que provocaba que los placentinos sólo anotasen seis puntos en los últimos cinco minutos del tercer cuarto, todos ellos de tiro libre por parte de Cilla. El apoyo desde la grada de los cien placentinos que viajaron no desfallecía.

El 71-64 al final del tercer cuarto era ya un negro augurio de lo que faltaba por vivir. El técnico onubense había dado con la clave para parar la velocidad del Plasencia en la primera parte.

Los últimos diez minutos empezaron de manera poco halagüeña. Van Lacke anotó un triple que hizo que Déniz intentase parar el partido con un tiempo muerto.

El Plasencia ya no se recuperaría. Con más corazón que cabeza intentó levantar el partido, sobre todo probando desde el exterior sin demasiado éxito.

Fue un quiero y no puedo . El Huelva supo administrar su máxima ventaja de 12 puntos (79-67, min. 34). El último intento placentino rebajaba el hueco hasta los cuatro puntos, cuando apenas restaba un minuto para la conclusión. Sin embargo, en el carrusel de faltas los onubenses estuvieron acertados.

Quedan siete finales para lograr la permanencia, la primera de ellas el próximo sábado ante el Palma Aqua Mágica.