El Melilla ha apostado esta temporada por lo extranjero. Es un equipo tradicional de la categoría, de esos que alternan el sueño de los play-offs por el ascenso con temporadas grises y tormentosas. Este año la plantilla tendrá el sabor foráneo de un norteamericano (el alero Chris Williams), tres holandeses (el base Vincent Krieger y los pívots Peter van Paasen y Angelo Flanders), un alemán (el ala-pívot Gerrit Terdenge) y un finlandés (el alero Jyri Lethonen). Le faltará el serbio Bojan Vukadinovic, que aún no ha obtenido el permiso de trabajo.

UN NACIONAL CLAVE

Pese a todo, la estrella en la victoria frente al Inca fue un nacional, Lluis Martínez, que fue designado mejor jugador de la semana. Es el clásico jugador LEB, tipo Oscar Rodríguez: pívot de escaso peso y muchos recursos ofensivos. 27 puntos y 11 rebotes ante los baleares le avalan, al igual que los 17 tantos del alero José Miguel García y los 13 del base Dani López.

El equipo lo dirige otro extranjero, el serbio Anton Vujanic, que en la encuesta publicada ayer en este periódico no situaba al Cáceres entre los favoritos al ascenso. No tiene licencia y se sienta en el banquillo como delegado. En Melilla es una incógnita un proyecto que apenas lleva 500 personas al pabellón.

La jornada se completa con los encuentros Bilbao-Menorca, Tarragona-Ourense, Algeciras-Los Barrios (hoy); Plasencia-Aracena, Cantabria-CAI, Granada-León, Gijón-Huelva (mañana) e Inca-La Palma (domingo).