El cese de Ricardo Fernández Montaño al frente del Mérida era la crónica de una muerte anunciada desde la derrota del domingo ante el Jaén.

El técnico de Puebla de Sancho Pérez conoció su destitución al mediodía del lunes, aunque el presidente, Paco García, le rogó que no lo hiciera público hasta que su junta lo anunciara en rueda de prensa en la tarde de ayer.

Sin embargo, a primera hora de la mañana, el cese era más que evidente, pues la sesión matinal ya la dirigió el segundo entrenador, Bernardo Plaza, mientras Ricardo Fernández, que previamente se había despedido de sus jugadores, asistía como espectador.

Ahora el Mérida le busca un sustituto sobre cuyo nombre existe un hermetismo absoluto.

Durante la tarde, el presidente, Paco García, justificó su decisión señalando que "la situación deportiva nos ha obligado a tomar una desagradable decisión, tomada muy a mi pesar, porque Ricardo Fernández es una magnífica persona y un magnífico profesional. La cuerda siempre se rompe por el lado más débil. Esta es la vileza del fútbol".

García añadió que "hay que buscar un revulsivo e intentar levantar el vuelo porque entendemos que la plantilla es muy superior al puesto que ocupa".

RECAMBIO ADECUADO

Acerca del sustituto de Fernández Montaño, García indicó que "hay que analizar la plantilla que tenemos y las necesidades de dirección de la misma. Debemos intentar acertar y diseñar la figura adecuada de dirección de esa plantilla".

Asimismo, García lanzó un órdago al vestuario. "Una vez metido en el lodo, les pido a los jugadores que estemos entre los cuatro primeros. Ya no podemos tomar actitudes de mediocridad. Este equipo es muy técnico y no sabe defenderse".

Por su parte, Fernández Montaño, al que sorprendentemente el club no invitó a asistir a la rueda de prensa para despedirse, insistió en que "la situación se solucionaría con tranquilidad. Si desde ciertas zonas de la directiva no se transmite tranquilidad, será muy difícil. Al entrenador que venga deben darle total confianza y no cuestionarlo desde la primera derrota".

Y un sueño en su despedida. "Mi meta es volver a entrenar algún día al Mérida".

El único punto discrepante es el del finiquito. Fernández está dispuesto a perdonar el 40 por ciento del tiempo que le resta por cumplir del contrato. Y el club pretende que renuncie a la totalidad del tiempo que no trabajará.

Provisionalmente, Bernardo Plaza se sentará en el banquillo el sábado (18.00) en Los Palacios hasta que el club cierre un acuerdo con el relevo de Fernández. Por cierto, la junta de Los Palacios estudiaba, al cierre de esta edición, el cese de su entrenador.

En el ámbito económico, García dejó entrever que "si no hay apoyo del Ayuntamiento, será difícil salir adelante".