Al igual que ocurriera el año pasado con Félix Arnáiz al frente y Jaime Molina como escudero, al Mérida se le siguen atragantando los partidos en casa. La nueva muestra llegó el domingo, cuando cayó ante uno de los conjuntos de la zona baja de la clasificación, el Ceuta, por 1-3, situándose en una posición incómoda de cara al resto de la segunda vuelta liguera.

La explicación es muy complicada pues ni Molina lo tiene claro. "Me da la sensación que tenemos miedo a perder en casa", afirmaba el técnico al final del encuentro.

La solución parece que es más anímica que futbolística, pero lo cierto es que es difícil de explicar, ya que el llamado entorno nunca ha sometido a presión al equipo. La afición está enfadada, pero la toma más con los árbitros que con el propio equipo y desde los medios nunca se han creado más expectativas que las que llegaban desde el club.

Desde pretemporada se puso la liguilla como objetivo desde la entidad, algo que los jugadores presentados en el mercado de invierno, Vera y Julio, han mantenido y que el presidente, José Fouto Galván ha aclarado afirmando que "tenemos la ilusión, pero no la obligación, comparándonos con otros equipos de mucho más presupuesto".Lo cierto es que el Mérida debe conseguir aproximadamente doce puntos más que en la primera vuelta para hacer realidad la ilusión. Y eso pasa por una mejoría radical en los encuentros de casa.Aunque las sensaciones son otras a las del comienzo de la temporada, de momento se han conseguido dos puntos más que a estas alturas en la primera vuelta. Aquello de la botella medio llena...