Sevilla Atlético: Vargas, Crespo, Lolo, Gallardo, Redondo, Fazio, Cordero, Pablo Sánchez (Pablo Sánchez, m.80), Moreno (Salva Sevilla, m.65), Diego Capel (José Manuel, m.89) y Juan Pablo.

Mérida: Segura, Alberto (Diego, m.76), Víctor Marcos, Juan Carlos, Pepín, Vera, Segovia, Cuevas, David Pirri (Ardila, m.81), Luciano y Carreño (Rodrigo, m.54).

Goles: 1-0, M.32: Juan Pablo, de penalti. 2-0, M.56: Juan Pablo. 2-1, M.58: Luciano, de penalti.

Arbitro: García Pulido, canario. Amarilla para los locales Crespo, Lolo, y los visitantes Vera, Cuevas, Juan Carlos, Segovia, Alberto y David Pirri.

Incidencias: Partido disputado en la ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios ante unos 1.500 espectadores.

El Mérida de Jaime Molina desperdició en Sevilla una buena ocasión para asegurarse un plácido final de temporada, puesto que la derrota ante el filial sevillista le impide distanciarse del puesto de promoción de permanencia. La tranquilidad, en efecto, deberá esperar para los extremeños, que se están viendo más apurados de lo previsto en esta recta final de campeonato.

Los romanos , con un once condicionado una jornada más por las bajas, pagaron su mala primera mitad. Pese a mejorar tras la reanudación, los tantos anotados por el local Juan Pablo fue un muro insalvable para un elenco de profesionales que tendrá que esperar una semana más para garantizarse la salvación e intentar vencer en el próximo encuentro ante sus incondicionales.

De tanteo fueron los primeros minutos de la contienda, sin que ni nervionenses ni romanos se hicieran con el mando de las operaciones.

Eso sí, una dura falta cometida por Crespo sobre Luciano (minuto 2) podía haber marcado el devenir de los acontecimientos si el trencilla de turno hubiera mostrado la roja al lateral de Lora del Río a las primeras de cambio.

Como pudo hacerlo el penalti señalado en el minuto 10 a favor del Sevilla Atlético. Pablo Sánchez, al que la zaga rival no había tenido más remedio que derribar dentro del área, no acertó a perforar la meta de Segura.

Al filo del cuarto de hora, nueva ocasión para los hispalenses. Cabezazo de Juan Pablo, que el arquero visitante paró sin excesivos problemas.

Eran los de Manolo Jiménez los que tenían el control de la pelota, pero sus acercamientos desembocaban una y otra vez en las inmediaciones de la zaga de un Mérida que apelaba a la estrategia para meterle el miedo en el cuerpo a su rival dominical (Abel Segovia a las nubes en el minuto 22).

OTRO PENALTI A la media hora, nueva pena máxima a favor de los jugadores locales. En esta ocasión cometido sobre Diego Capel. Juan Pablo, en segunda instancia, lograba el 1-0 después de introducir el balón en la puerta extremeña. Un tanto que hacía justicia a lo que estaba sucediendo en las instalaciones de la Cisneros Palacios. A renglón seguido, cuando los de Molina todavía no habían superado el tanto del rival, Antonio Moreno mandó por encima del larguero un disparo que perfectamente podía haber significado el 2-0 (minuto 35).

No acertó el malagueño, llegándose al descanso con un marcador que dejaba todo por decidir para la reanudación. Por cierto, en el 46 Carreño tuvo en sus botas el empate. Pero Crespo, bajo palos, lo impidió.

Tras la siempre reparadora ducha, poco fútbol. Al otrora Sevilla B le interesaba que la contienda tomara ese camino, mientras que el Mérida se mostraba incapaz de dar dos pases seguidos.

Y eso que Jaime Molina buscó en Rodrigo una mayor frescura en su línea de vanguardia. Pero el 2-0 (minuto 56) anotado por Juan Pablo dejaba el pleito virtualmente sentenciado con todavía cerca de media hora por delante. Con todo perdido, los visitantes tocaron a rebato.

En el 58, discutido penalti que Luciano aprovechó para darle oxígeno a los suyos. El Mérida se animaba por momentos. Rodrigo, en el 63, alteró los corazones de los hinchas locales con una chilena sin consecuencias.

EMOCION FINAL Eran sin ninguna duda los mejores minutos de los romanos, que soñaban con la igualada. Luciano, con todo a su favor, no pudo conseguirlo en el 71. La tensión era grande. Y la emoción también en un epílogo convertido en un acercamiento constante en ambas porterías.

Tan cerca estaba el 2-2 como el 3-1. Al final, pese al partidazo de Antonio Vera en el retorno a casa, pudo más el acierto de Juan Pablo para que los tres puntos en litigio se quedaran en casa. Y con ello, el sufrimiento.