Qué meritazo. Si este partido se hubiese producido en otras épocas del baloncesto local se hubiese estado hablando durante una semana sobre ello. Pero no parece que vaya a ser así, aunque lo merezca. El Cáceres Patrimonio de la Humanidad, mermadísimo, batió al Iberostar Palma por 79-77 ofreciendo otra hermosa lección de competitividad, como tantas que está firmando últimamente.

Ganarle a un equipo que, hombre por hombre, es mejor y más caro que el tuyo es algo que no se debe pasar por alto, sobre todo cuando tienes a tres titulares vestidos de calle en el banquillo.

Con un plan de partido perfecto, el conjunto de Ñete Bohigas --especial mención para él-- hizo caer en la trampa de los triples a su oponente, que era superior aparentemente en el juego interior y no supo aprovecharlo.

En el ese sentido el Cáceres se está reinventando. La racha de lesiones ha tenido como consecuencia positiva que Robertas Grabauskas está sacando de dentro de sí el pívot importante que se fichó el pasado verano. 17 puntos y 11 rebotes para 29 de valoración del lituano.

Acompañándole bajo los tableros, resultó emocionante la entrega de Sergio Pérez a sus 38 años y la ‘invención’ de Warren Ward como ‘cuatro’ abierto. Sin abusar del tiro, el canadiense se ha ido convirtiendo en el líder del equipo, sabiéndose adaptar a todo. Pero hubo más nombres: Dani Martínez, cuyo crecimiento ya resulta difícil de discutir, y hasta Niko Rakocevic, que está en un momento muy bajo de acierto, pero que nunca se esconde. No falló desde la línea de tiros libres y se las tuvo tiesas toda la noche con Ben Mockford, un exverdinegro de su perfil.

EMOCIÓN HASTA EL FINAL / Fue un partido rico en matices desde el salto inicial, con la paradoja siempre presente de que cuanto más difíciles se le pusiesen las cosas al Cáceres, más posibilidades tenía de ganar.

Sergio Pérez cometió muy pronto su segunda falta en el transcurso del igualadísimo primer cuarto, lo que obligó a retorcer más todavía la exigua rotación verdinegra, en la que participaron el junior Vieux Kasse y Pablo Gracia. Este último es un joven alero del vinculado Adepla que no desentonó en los minutos de los que disfrutó.

La idea estaba clara: buscar buenas posiciones desde 6,75, aprovechar lo que pudiese percutir Grabauskas ahí abajo y, sobre todo, jugar a un ritmo bajo que no permitiese que la asfixia llegase, como ocurrió el pasado domingo ante el Barcelona B.

Con 19-20 empezó el segundo cuarto. El Cáceres lo empezó bien (28-23, min. 14), pero entonces tuvo un peligrosísimo colapso que, sin embargo, su oponente no acertó a aprovechar.

Mockford, visiblemente motivado, estaba en racha y clavaba su cuarto triple para llegar al descanso 36-40, pero la sensación era que la oportunidad que habían tenido los visitantes de romper el partido la habían desaprovechado. Y bien que lo acabarían lamentando.

Tras el paso por los vestuarios llegaron los mejores minutos del anfitrión, con un baloncesto muy paciente, pasando el balón con mucha paciencia hasta encontrar la mejor opción y dejándose el alma en cada rebote, ya que era un peligro desangrarse por ahí.

La iniciativa cambió de bando al final de ese cuarto (56-54), aunque todo estaba por escribir todavía en un Multiusos que se iba calentando por algunas decisiones. Resulta curioso que en la grada suceda lo mismo que en el equipo: son pocos, pero muy comprometidos.

El último acto fue emocionantísimo, como no podía ser de otra manera. Dani Martínez, especialmente tocado por una magia invisible durante toda la noche, cogió el mando de las operaciones desde la posición de base y sus anotaciones permitieron llegar a un desenlace taquicárdico.

De hecho, el partido parecía tenerlo el Cáceres en el horno cuando a falta de 46 segundos tenía tres puntos arriba y la posesión, pero la perdió y Mockford, con un triple imposible desde la esquina, estableció el empate (73-73). Llegó entonces la jugada de la noche: una perfecta rotación de balón que acabó con Sergio Pérez en una posición perfecta, liberada, que para él es como una bandeja. Un triple maravilloso del que ya no se pudo recuperar el Palma, y más todavía cuando cometió una falta antideportiva a continuación.

Mucho mérito, sí. Y mención especial para Ñete Bohigas, que está gestionando los problemas con toneladas de sapiencia.

3Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Pol Olivier (4), Niko Rakocevic (15), Warren Ward (16), Sergio Pérez (10), Robertas Grabauskas (17) --cinco inicial-- Ola Keshinro (5), Dani Martínez (12), Vieux Kasse (0), Pablo Gracia (0).

3Iberostar Palma: Carles Biviá (11), Ben Mockford (17), Rafa Huertas (17), Tautvydas Slezas (6), Gediminas Zyle (5) --cinco inicial-- Sergi Costa (0), Karamo Jawara (6), Roger Fornas (15).

3Marcador por cuartos: 19-20, 36-40 (descanso), 56-54 y 79-77 (final).

3Árbitros: Jaime Gómez y Javier Villanueva.

3Pabellón: Ciudad de Cáceres.

3Espectadores: 900.

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