Seis partidos en un abrir y cerrar de ojos. Un mes para sacar las primeras conclusiones y darse cuenta de que el Cáceres 2016 va despegando en su segunda experiencia en la LEB Oro, aunque con la obligación de seguir mejorando para competir decentemente y no descolgarse de lo que debería ser su objetivo de estar al menos en la zona de playoff . Los malos augurios que dejaron las derrotas ante Sant Josep Girona y CAI Zaragoza van quedando atrás. Tampoco fueron convincentes las victorias ante Tenerife y Tarragona, pero la exhibición en la pista del Breogán dio una dimensión optimista de lo que este equipo puede hacer. Altercados al margen, la paradoja siguió el domingo con la derrota ante el potente Melilla: no siempre perder supone salir defraudado.

Bases: Confusión ycomplementariedad

Fue uno de los grandes debates de la pretemporada. ¿Podían llevar la dirección de juego Alex González y Pavel Ermolinski? El propio club dio la respuesta fichando apresuradamente a Perico Sala, un mensaje ambiguo de que algo no estaba funcionando bien en esa línea.

Sin embargo, Ermolinski (2,8 puntos en 17,6 minutos) se ha erigido inesperadamente en titular y ha dejado constancia de su enorme potencial en citas como la de Lugo. Va cogiendo el sitio, lo mismo que Alex González (5,1 puntos en 14,1 minutos), que mira con descaro la canasta olvidando sus dudas en los primeros partidos. No muchos echaron de menos el pasado domingo a Sala (3,4 puntos en 16,6 minutos), algo tocado físicamente. Entre los tres bases, de características muy diversas, está abierta una competición por los minutos que solo puede favorecer al colectivo.

Aleros: Los triples vanentrando poco a poco

Escandalizó en los tres primeros partidos el bajísimo porcentaje de acierto en los tiros de tres, una tarea de la que principalmente deben ocuparse los aleros. Poco a poco se ha pasado de un 18% al 28% actual, una cifra aún escasa, pero que tiene pinta de ir elevándose a poco que Francis Sánchez (10,3 puntos en 21 minutos con un 26% en triples) y Gio Dedas (6, 14,1 y 44%), los dos grandes especialistas desde las alas, adquieran más regularidad. Ambos han dejado claro que dependen mucho del momento, de que les entre el primer tiro, de no perder la confianza.

Lucio Angulo (8,5 puntos en 25,5 minutos) y Xavi Forcada (3,3 en 12,8) aseguran más constancia a nivel global, pero también contienen dosis de sorpresa. El maño, omnipresente, es el jugador más valorado del equipo (12,5), su máximo reboteador --por encima de los pívots con 5,3 por partido-- y asistente, mejor que los bases (3,1). Y el catalán fue el revulsivo perfecto en un momento muy complicado ante el Tarragona. Con minutos limitados puede resultar muy útil.

Pívots: Irregularidad,pero muchas opciones

Ante el Melilla, Randy Holcomb y Drew Naymick aportaron 5 y 4 puntos respectivamente y esa escasa aportación se señaló como clave para no estar más cerca en el marcador. No obstante, la impresión general es que el club no se ha equivocado en su elección, aunque esto se basa más en las cualidades que han dejado intuir que en sus actuaciones. Holcomb --11,3 puntos y 4,1 rebotes en 24,8 minutos-- es rápido y tiene talento, pero a menudo se pierde en los partidos (faltas, concentración) y apenas ha sido decisivo... aún. Naymick --8,5 puntos y 3,8 rebotes en 21,6 minutos-- es de una contundencia atroz: 15 de sus 23 canastas han terminado en mate, un 77%.

En la segunda unidad , Diego Guaita --10,1 puntos y 2,6 rebotes en 20 minutos-- está más acertado de cara al aro que la temporada pasada (5/9 en triples, 56%), pisando mucho la pintura, mientras que Roger Fornas, que había dado una gran impresión en pretemporada, ha tardado en ajustar la muñeca, fallando sus diez primeros triples, pero ya está aportando (4,3 puntos y 3,3 rebotes en 13,3 minutos). Falta por debutar Juan Sanguino, al que se le espera en breve tras superar su problema nasal.

Entrenador: Hurtado,siempre protagonista

El técnico sigue siendo la cara de la mayor parte de las decisiones del club, tanto de dentro como de fuera de la pista, y recibe unas dosis de presión excepcionales que no siempre administra bien. Sin embargo, está en vías de hacer funcionar a un equipo a su medida. La legión de sus defensores rivaliza con la de sus críticos.