Cuando Leo Messi abandonaba ayer el coche y posaba su pie derecho en la puerta del Hospital de Barcelona estaba tranquilo. Aliviado. Hasta sonrió. Sabía que estaba lesionado, pero el mal era menor. Muy menor, teniendo en cuenta cómo abandonó el césped del Calderón. La imagen había sido impactante. Messi tumbado en una camilla, creyendo que el tobillo derecho se había roto y pensando, con las manos tapando su rostro, que le aguardaban varios meses de baja. Meses sin el balón entre sus pies. Ayer, tras ser sometido a diversas pruebas médicas, la estrella del Barcelona supo, al fin, que su lesión no era nada grave. Ni siquiera serán dos semanas.

La estrella, según informó el Barça, padece "una distensión en el ligamento lateral interno y externo del tobillo derecho y no existen lesiones óseas asociadas". O sea, el tobillo, y sus ligamentos se hicieron de goma cuando notaron el pisotón de Ujfalusi.

"Es una suerte, no diría que un milagro", dijo ayer un asombrado Villa. Asombrado de que ese tobillo no se rompiera por ningún lado. "Su constitución hace que soporte todo esto, es una suerte que sea así", añadió el delantero asturiano. No le falta razón. No lo parece, pero Messi es muy fuerte. Siempre le pegan, siempre se levanta.

10 MESES SIN LESION Toca remontarse hasta el mes de diciembre pasado para encontrar una imagen de Messi lesionado. No acabó en la camilla, pero abandonó cojeando el campo del Dinamo de Kiev. Primero había marcado un golazo de falta directa y después lo cazaron, también por detrás, como Ujfalusi, provocándole un esguince de grado dos en el tobillo derecho. Solo se perdió un partido (el derbi con el Espanyol) ya que pudo jugar tanto la semifinal del Mundial del clubs (salió en la segunda mitad) como la final ante el Estudiantes de la Plata.

Desde entonces, ni un solo percance físico. A la vuelta de las vacaciones navideñas (enero del 2010), Guardiola le dio descanso ante el Villarreal. Luego, Messi encadenó 30 partidos consecutivos hasta el final de la temporada, unidos a los seis oficiales de la actual. Hasta que llegó Ujfalusi y lo envió a la camilla.

El dolor inicial se transformó luego en una sonrisa tranquilizadora. Para lo que pudo ser, no fue nada. Los médicos, además, no concretaron ni un período exacto de baja. Tan solo anunciaron que Messi se perdería los dos próximos partidos : mañana en el Camp Nou ante el Sporting y el próximo sábado en San Mamés frente al Athletic.

SANCION A UJFALUSI A Messi, sin embargo, no se le descarta para el duelo europeo con el Rubin Kazan ni tampoco para el último choque liguero ante el Mallorca antes del segundo parón de las selecciones. La estrella debería estar a punto para los dos amistosos de Argentina, por lo que se adivina un serio problema si Messi reaparece antes con su selección que con el Barça.

Ujfalusi, entretanto, podría conocer hoy su sanción. El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol estudia castigarlo con dos partidos --el arco oscila entre uno y cuatro encuentros, en principio-- en el supuesto de que el Barcelona decida no presentar finalmente el vídeo como prueba documental para demandar de este modo una sanción mayor para el jugador del Atlético de Madrid. Mientras, Messi respira, el Barcelona también respira.