El jugador del Salamanca Miguel García abandonó ayer al mediodía el Hospital Clínico de Salamanca tras haber permanecido ingresado cuatro días por el infarto que sufrió en el transcurso del partido contra el Betis.

A las 13.42 horas, Miguel García salía por la puerta principal del centro hospitalario salmantino acompañado por el director deportivo del Salamanca, Baltasar Sánchez Balta , y por su mujer, además de rodeado de un gran número de periodistas.

Antes de entrar en el vehículo que le iba a trasladar a su casa, el jugador agradeció el "respeto" mostrado por los medios de comunicación y "el apoyo" de la afición. "Gracias a todos", fue lo único que dijo Miguel García, aunque pudo atender a algún aficionado que se le acercó a él para preguntarle: "Estoy ya perfectamente", le respondió.

Desde el Salamanca y desde los servicios médicos del club evitaron que Miguel García ofreciera una rueda de prensa, que se preprara para cuando "esté mucho mejor".

Fuentes médicas del club salmantino aseguraron a Efe que Miguel García se encuentra "mentalmente muy fuerte, aunque no podrá volver a jugar al fútbol".

Por su parte, Oscar Cano, entrenador del Salamanca, aseguró yaer, en una rueda de prensa, que el conjunto salmantino "ha sentido la fuerza de su optimismo", después de que desde el domingo se haya visto la evolución positiva del jugador.

"Miguel García no merece que nos invada la tristeza", añadió el entrenador y declaró que irse a su casa "es un momento de plenitud".