El guardameta del Deportivo José Francisco Molina lo dejó claro ayer en conferencia de prensa: "Estaba un poco harto del fútbol" y que ahora mismo está loco por volver después de "todo lo que he pasado".

El meta retorna a la práctica activa después de haber superado la grave enfermedad, de la que fue atendido en el Instituto Oncológico Valenciano, que le fuera diagnosticado en octubre de 2002.

Cuando se cumplían tres meses de haberle sido detectado el cáncer anunció su vuelta al fútbol y ayer, 97 días de aquella fecha fatídica, se presentó en el estadio de Riazor dispuesto a cumplir su contrato con el Deportivo y reintegrarse hoy, lunes, a los entrenamientos, aunque no podrá hacerlo con el resto del grupo porque necesita ir tomando el ritmo de competición.

Media hora antes de iniciarse el encuentro Dépor-Athletic, Molina compareció ante los periodistas acompañado por el presidente del consejo de administración, Augusto César Lendoiro. Posteriormente pasó a ocupar un palco en el estadio, momentos antes de comenzar el partido, y los millares de aficionados le aclamaron y prorrumpieron en una unánime ovación, a la que respondió con saludos y aplaudió recíprocamente esas muestras de cariño.

Lendoiro inició la rueda de prensa recordando que hace unos meses en esta misma sala daba cuenta de una "noticia preocupante" y que todo el deportivismo hacía votos para que en poco tiempo "estuviésemos todos otra vez juntos aquí".

Molina, que empezó diciendo que volvía a estar "un poco nervioso" ante los periodistas, dijo que le hubiese gustado ofrecer la rueda rueda de prensa del otro día en Valencia en La Coruña, "pero era mucho pedir que el doctor Guillén viniera aquí, con los pacientes que tiene", bromeó el guardameta levantino ante los periodistas.