Ningún lugar como Mónaco para ganar, ninguna situación como la lluvia para sacar a relucir todas las virtudes. Esa suerte de campeón que tantas veces le ha acompañado y de la que no disfrutó en todo este arranque de temporada resucitó al mejor Lewis Hamilton. Nueve carreras después volvió a subir a lo alto del cajón, al de Montecarlo, entre príncipes, reclamando esa corona de rey de la F-1 que ha lucido las dos últimas temporadas.

La carrera comenzó bajo una lluvia incesante y tras el coche de seguridad, y resultó tan accidentada como se podía esperar con agua por las estrechas calles de Mónaco. Joylon Palmer fue el primero en estampar su coche; Kimi Raikkonen, después; los Sauber chocaron entre sí- Hasta en cuatro ocasiones fue neutralizada la carrera con el coche de seguridad virtual. Durante la primera neutralización, Rosberg perdió la temperatura de sus neumáticos, y en la reanudación de la carrera, ya no pudo aguantar a Hamilton en la lucha por la segunda posición.

Desde ese momento se estableció un mano a mano entre Ricciardo y Hamilton que se resolvió del lado del inglés por un increíble fallo del equipo Red Bull. "La verdad es que no tengo ni idea de lo que pasó. A mí me llamaron para entrar en boxes . Yo no realicé la llamada, han sido ellos, así que deberían haber estado con los neumáticos preparados. Duele, duele, no sé qué más decir, la verdad", dijo el piloto australiano.

ELOGIOS A RICCIARDO Hamilton encontró en el liderato el premio a su arriesgada estrategia. Mientras casi todos los líderes pasaron de neumático de lluvia extrema al intermedio y, después, al de seco, el inglés pasó directamente de lluvia extrema a seco. Arriesgó y le salió bien, aunque para sujetar a Ricciardo se empleó rozando los límites del reglamento, atajando por la chicane para defender su posición, mientras los comisarios miraban para otro lado. El tricampeón no pudo más que felicitar a Ricciardo: "Ha conducido de forma fenomenal durante todo el fin de semana. Le felicito".

Tras su victoria, y después de que Nico Hülkenberg le robara in extremis la sexta plaza a Nico Rosberg, el británico ha reducido la diferencia con su compañero hasta los 24 puntos, un soplo de aire fresco después de su desafortunado inicio de año.

GRANDES ALONSO Y SAINZ Otros no encontraron el premio a su fenomenal actuación. Como Hamilton, Carlos Sainz sacó el máximo provecho a la lluvia, a su primer juego de neumáticos y al talento natural para encontrar los límites de Mónaco en una situación tan difícil. En una fenomenal actuación, Carletes era tercero cuando la pista se iba secando. El podio estaba en su bolsillo, pero, en la primera parada en boxes , la rueda delantera derecha se quedó enganchada. Fue un pit-stop eterno en el que perdió cuatro posiciones frente Rosberg, Vettel, Hulkenberg y Pérez. Un desastre. "En las dos paradas en boxes hemos perdido posiciones. Iba mucho más rápido que Alonso, Vettel y Hülkenberg. Hubiera podido terminar en el podio viendo donde ha terminado Pérez (3º)".

Sainz finalizó octavo, tres puestos por detrás de un Fernando Alonso pletórico que, en Mónaco, sacó a relucir toda su experiencia y toda su velocidad para llevar a McLaren mucho más allá de su verdadero potencial. El español fue especialmente brillante al cambiar a neumático de seco cuando la pista aún estaba muy mojada fuera de la trazada. "Cuando pusimos los intermedios se trataba de intuir el agarre y cuando pusimos las gomas de seco, la pista era de un metro de ancho porque era la única trazada seca. Pudimos coger el ritmo y terminar el fin de semana con buenas sensaciones", relató antes de recordar que de su quinto puesto nadie deberá extraer una lectura errónea de las posibilidades de su coche. "Mónaco es demasiado único, así que no vamos a sacar muchas conclusiones. El nivel de competitividad no es suficiente, quedan muchas cosas que mejorar, muchas, demasiadas".