Stéphane Peterhansel no necesitaba ganar este año el Dakar para ser el hombre que más veces se ha impuesto en la prueba del desierto, pero Monsieur Dakar , el Canival sumó un nuevo triunfo, que eleva a nueve su total, el tercero en coches. Mientras, su compatriota Cyril Despres, primero en motos, consiguió su segunda victoria.

Peterhansel es un competidor. Serio, casi cariacontecido, agota a sus rivales y espera que el desierto les aseste el golpe definitivo, ése al que él sobrevive para llevarse el triunfo final.

Monsieur Dakar ganó su noveno raid sin haber sumado ninguna etapa parcial. Fue el más constante, el más duro.

Peterhansel nació en agosto de 1965 y pronto comenzó a competir. A los 14 años era campeón de Francia de monopatín, hasta que las motos centraron toda su atención.

Enduros, motocross y supercross le llevaron a afrontar el reto del Dakar, en el que debutó en 1988 con un honorable puesto 18 y una atracción por la carrera que le haría volver.

Tres años más tarde ya controlaba la carrera y sumó su primera victoria sobre dos ruedas, un triunfo que abrió su dominio sobre la carrera que le llevaría a sumar seis Dakar en ocho años.

Su serie se acabó en 1998, pero no porque nadie le destronara, sino porque siguiendo los pasos de Hubert Auriol decidió afrontar el reto de las cuatro ruedas.

Al volante de un Nissan logró la séptima plaza en 1999 en el año de su debut y, al año siguiente, ya mostró su calidad al ser segundo, mientras que en 2003 fue tercero.

A partir de 2004 comenzó su dominio en la categoría de coches. Tras dos triunfos consecutivos, el año pasado un accidente a falta de cuatro etapas para el final le privó del Dakar, pero este año se ha tomado la revancha.