Cacereño: René; Palero, Carrizosa, Rives, Dani Gómez; Rocha (min. 91, Tomás), Lolo, Abel Segovia, Sergio (min 58, Chapi), Luismi (min. 89, Manolo); Mauri.

Extremadura UD: Tete, Samir, Rodolfo, Nieto, Ruiz; Rafita (min. 55, Juan Germán), Yeyo, Morán, Troiteiro, Migui (min. 64, Yepes); Rafa.

Gol: 1-0-Min. 91: Chapi.

Arbitro: Román Román (Castila León). Tarjetas a los locales René, Lolo y Luismi y a los visitantes Samir y Ruiz.

Incidencias: Alrededor de 2.500 espectadores en el Príncipe Felipe. Presencia de seguidores almendralejenses, casi todos separados en una zona de Preferencia. Se guardó un minuto de silencio por la muerte de Valeriano Gómez, ´Valeri´, histórico exjugador del Cacereño.

José Luis Montes ya tiene flor . La suerte que tanto ignoró a Manolo ya acompaña al nuevo entrenador del Cacereño. Un gol afortunado de Chapi en el minuto 91 otorgó tres puntos de ingente relevancia al equipo verde (1-0) ante un Extremadura timorato que se mete así más de lleno en la lucha por la supervivencia.

El ´tirito´ de Chapi se envenenó y firmó una parábola que superó al sorprendido Tete en un tanto que significó todo lo contrario a la ´era pre-Montes´. Hasta el momento, el Cacereño se había hecho acreedor a un inicio estadístico mayor gracias a partidos notables fuera de casa, pero la falta de definición --y de fortuna-- habían marcado una senda que se ha cortado ahora de un plumazo con el cambio de técnico.

Lejos de la significación de los tres puntos para los locales, quienes asistieron al Príncipe Felipe se aburrieron hasta el infinito. Ni Cacereño ni Extremadura merecen siquiera el aprobado en un ejercicio futbolístico muy menor, falto de verticalidad y sin apenas ocasiones, especialmente los visitantes. El equipo de Juan Marrero no hizo una sola oportunidad en todo el encuentro, aunque en su descargo se pueda apuntar que le faltaban dos puntales en su ofensiva como Inarejos y Sabino, además de Verdejo, la otra ausencia almendralejense ayer.

Montes ya ha dado a conocer sus primeras señas de identidad. Individualmente, su marchamo ya da pistas. Dejó al central Gonzalo en la grada y dio entrada como titular a Rives, a quien conoce por haberlo entrenado al Marbella. En cierto modo su decisión tiene lógica, pues el técnico segoviano no tiene ubicada a su plantilla, pues solamente ha trabajado con ella un par de sesiones.

MAS ABIERTOS Tácticamente, el CPC abre ahora más el campo, ayer con Luismi y Sergio, en ambos casos con desgaste defensivo. El resto es similar, aunque la propuesta por el fútbol directo es ahora evidente, cierto es que el estado del césped --indecente, por enésima vez-- marca cualquier estrategia. El fútbol fue, efectivamente, malo, pésimo en el primer tiempo. Los cacereños llevaron las riendas un poco más, pero sin acierto alguno. Los azulgranas, mientras tanto, se parapetaron atrás y en su ofensiva únicamente se podía atisbar algo interesante con la calidad y el toque de la zurda de Troiteiro.

Las oportunidades, consecuencia directa de todos estos negativos antecedentes, casi brillaron por su ausencia. El Cacereño, en el que sorprendió también la suplencia de Tomás, amagó con un lanzamiento fuera de Lolo (min. 32). Ocho minutos después, Rives estuvo a punto de hacer el 1-0 de cabeza, tras jugada de estrategia, pero el balón se perdió fuera por milímetros. Muy poco más, aunque el único que intentaba bajar el balón al piso era Luismi. No tuvo éxito. Era complicado.En el segundo tiempo todo siguió igual, aunque el Extremadura acentuó su vocación defensiva y pareció conformarse con no perder. La entrada de Chapi cambió un tanto la decoración. Además de su gol, creó cierto peligro por su banda derecha. David Rocha, desde lejos, lo intentó sin puntería (min. 73). MÁS AMENAZA El Cacereño, acuciado por sus urgencias, incidió en su ataque y en su fútbol directo para amenazar cada vez más a su rival, ya por entonces parapetado atrás. Y lo hizo con honradez y corazón, pero siempre muy limitado. Luismi llegó incluso a marcar un gol (min. 79) que el árbitro no concedió por considerar que se había llevado el balón conla mano.El encuentro, en fin, derivaba hacia la sosa igualada, un resultado que tampoco era injusto, dada la pobre propuesta futbolera de ambos. Pero el fútbol, a veces y como la propia vida, te da sorpresas. Ahí estuvo la recompensa para Chapi en su lanzamiento con involuntaria parábola que provocó la euforia colectiva en un estadio en el que todos sus habituales parecen abonados al sufrimiento más cruel. El Cacereño había ganado un partido, pero también había dado un paso adelante en lo psicológico. No era baladí lo que se había conseguido: no en vano, era el primer triunfo en casa, lo cual aparece como un logro de monumentales consecuencias. Al menos, este equipo sabe que puede ganar. En el caso del Extremadura, también conoce que su destino puede ser el intentar por librarse de la zona baja.