EXTREMADURA B 1: Alex; Gori, Nin, Christian, Miguel Cabrera; Nandi, Samir, Pascual, Julio; Jorge (David Alejo, M. 65) y Moreno (Cidoncha, M. 70).

VILLAFRANCA 0: Juli; Manolo, Juan Pedro, Cano, Javi Diestre; Cefe; Luis (Pardo, M. 84), Chico, Juan Ramón, Gordillo y Juanlu.

GOL: 1-0 M. 35: Moreno.

ARBITRO: Gómez Navarrete (Comité Extremeño). Muy por debajo de sus posibilidades, cometió errores de bulto aunque no resultó determinante. Amonestó a Nin (59´) y Cidoncha (89´) por los locales, mientras que por los visitantes vio tarjeta Gordillo (57´).

Pudo el Extremadura B superar la prueba del Villafranca, equipo que históricamente se ha cruzado en el camino a la liguilla del filial azulgrana, y se encuentra un poco más cerca de conseguir su lustroso objetivo. Y eso que los de Cisqui tuvieron que sufrir en un soporífero encuentro, como buen derbi que se precie, donde la emoción y la incertidumbre siempre estuvieron por encima de argumentos futbolísticos mucho más gratificantes.

Es más, el encuentro se decidió en una jugada de las calificadas como ingenuas. Un centro con intención que parece controlar sin excesivos problemas el lateral diestro amarillo Manolo, cabecea para ceder a su portero y Juli, que había iniciado la salida, se ve superado. Cuando el balón se introducía sólo en la meta visitante, Moreno llega con el tiempo justo para tocar mínimamente y adjudicarse el tanto (m. 35).

EL CESPED Y EL VIENTO

El resto del encuentro fue para olvidar. Aunque los dos equipos lo intentaron, aunque bien es verdad que el local con más méritos para convertir que su rival, la pólvora estuvo genéricamente bastante húmeda. Para complicar aún más las cosas, ni el terreno de juego, ni el viento reinante, favorecían demasiado a la lucidez.

Con todo, el Extremadura B fue quien más lo intentó pero siempre tropezó con un muro villafranqués al que obligaron las necesidades del guión. Y es que, en vista de las bajas con las que afrontó el encuentro Diestre, y a sabiendas de que tienen los deberes hechos y quieren terminar cuanto antes la temporada, los amarillos se arroparon en dos líneas de cuatro dejando con un pivote delante de cada una de ellas. Como el cuadro local se obsesionó con los balones largos y pasó de aferrarse a su mejor virtud, el toque, las ventajas, casi siempre, eran para los expertos centrales visitantes. Al final victoria mínima y sigue el sueño.