La oportunidad única se desvaneció de forma incomprensible. El City de Pep Guardiola acercaba las dos manos al trofeo de la Premier League. Ganaba 2-0 ante un United con síntomas de estar tocado y hundido. Segundo a muchísima distancia, de puntos y juego. Pero en su hora más baja, el equipo de Mourinho sacó carácter y acierto donde parecía no haber nada. Canceló la fiesta local. La primera liga de Guardiola en Inglaterra deberá esperar, como mínimo, una semana más.

Un gol de Vincent Kompany al Manchester United es el símil inglés a lo que podría representar un tanto de Gerard Piqué al Real Madrid. En una escena idéntica a un cabezazo del 2012, el belga se fue de Smalling y remató con violencia a la red. El Etihad Stadium vibró como no se le recuerda en años. Una sensación de felicidad que se acentuó con un elegante control de Gündogan, media vuelta y uno de los goles del campeonato.

OCASIONES FALLIDAS DE STERLING

El público respondía aplaudiendo los pases y Sterling tuvo dos ocasiones clarísimas para convertir la ventaja en goleada. Martin Atkinson se había comido un claro penalti por manos de Young en los primeros minutos. La superioridad 'citizen' era insultante.

Por eso sorprendió enormemente la reacción del United. Surgió de la nada. Dos minutos de locura. De nuevo el City encajó varios goles en poco margen de tiempo. Ambos con sello de Paul Pogba, que se había teñido extrañamente el pelo de azul para la ocasión. Mourinho no había tocado nada, no hizo ningún cambio y el juego visitante tampoco daba muestras de mejoría. Pogba apareció por fin en un gran escenario tras meses de incomparecencia.

PEGADA A BALÓN PARADO

Quien tampoco había aterrizado con buen pie en Manchester era Alexis Sánchez. El chileno escogió el Etihad para reivindicarse y apareció en todos los goles de su equipo. El tercero llegó a balón parado, servido de forma precisa por el exazulgrana. El hombre que falló en el primer gol, Smalling, que llevaba seis años con otro error de marcaje a Kompany en la espalda, se desquitó empujando a la red completamente solo dentro del área.

El City se había exhibido en la primera parte, el United respondió con orgullo en la segunda, y quien no estuvo acertado ni en una ni en otra fue Atkinson, que volvió a ignorar un penalti muy claro de Young sobre Agüero a 10 minutos del final.

La vulnerabilidad defensiva 'citizen' quedó expuesta de nuevo. Una sensación más preocupante que la derrota. Con el segundo partido ante el Liverpool a la vuelta de la esquina, el City no consiguió crear el mejor estado de ánimo para intentar lo imposible.