LEON (20+22+28+24): Bernabé (14), Bulfoni (6), Mills (23), Ferrer (8), Barnes (13), -cinco inicial-, Barry (10), Panadero (7), Higgins (-), Dumas (9), Rocchia (4).

PLASENCIA (20+19+15+22): San Miguel (13), Monroe (8), Cilla (4), Alloati (2), Forrest (16),-cinco inicial-, Barceló (25), Salson (4), Mario García (-), Balmon (4).

ARBITROS: Tortella Muns y Quintas Alvarez. Eliminado Higgins (minuto 31) por Baloncesto León y San Miguel en el 39.

INCIDENCIAS: Buen ambiente en las gradas, con presencia de aficionados del conjunto extremeño.

El líder de la LEB ya puede hasta con sus fantasmas, un Plasencia que tradicionalmente se le atragantaba a un Baloncesto León que sigue caminando con paso firme y que encadenó su sexta victoria consecutiva, después de un gran segundo tiempo en el que demostró su superioridad en todas las facetas.

Con su pareja foránea funcionando a pleno rendimiento, Barnes insultante en su poderío bajo tableros y la magia de Mills, --ambos firmando 31 puntos de valoración-- acompañados de la dirección de Bernabé y la interesante aportación del francés Dumas y del comunitario Richard Barry, no encontraron igual respuesta en la continuación.

El Plasencia salió sin intensidad alguna, intentando apurar al máximo sus acciones de ataque, lo que facilitaba la defensa de un León lanzado que encadenó un 12-0, que en principio no pudo detener el temprano tiempo muerto (7-0, minuto 3) al que se vio obligado a solicitar el técnico Dani García.

A pesar de que los extremeños tardarían cinco minutos en anotar su primera canasta por mediación de Jesús Cilla y que a los siete minutos estuvieran con un marcador en contra de 20-6, su reacción fue fulgurante y de la mano de un inconmensurable Jonathan Barceló, que capitalizó las acciones de su equipo, lograron un parcial de 0-14.

Tras llegarse igualado al final del primer cuarto, el segundo mostró a un Plasencia que haciendo la goma nunca le perdía la cara al encuentro y que incluso llegó a colocarse mínimamente por delante en el marcador, 30-31, minuto 17, aunque al descanso la ventaja siguiera siendo local, 42-39.

La diferencia en el criterio arbitral en cada una de las zonas encrespó los ánimos de los aficionados que mostraron su disconformidad con el hecho de la notable diferencia entre las faltas personales señaladas en los dos primeros cuartos por uno y otro equipo, 15 por 4.

CAMBIO La segunda parte fue una historia completamente diferente, con un Baloncesto León que desde el inicio volvió a poner tierra de por medio, ahora ya sin remedio para los extrremeños. La pareja estadounidense estuvo apagada, fundamentalmente Rodney Monroe, obsesionado en las acciones individuales y que, a pesar de que apareció en el inicio del tercer cuarto, acabó por diluirse completamente, al igual que James Forrest.

García intentaba detener el aluvión que se le venía encima tras un parcial de 10-0, pero de poco sirvió, porque los locales seguían ampliando la brecha hasta llegar a los 16 puntos (70-54). El último cuarto fue un paseo para los leoneses.