El Dakar ha cambiado de continente pero, por desgracia, no con la posibilidad de sufrir una tragedia. El rally, que ayer mantuvo al catalán Marc Coma (KTM) como líder de la general de motos pese a perder un cuarto de hora por culpa de un pinchazo y que encaramó al frente de la clasificación de coches al competitivo qatarí Nasser Al-Attiyah (BMW), se sorprendió, en la madrugada del miércoles, con la muerte del piloto francés Pascal Terry, de 49 años, que tomaba parte por vez primera en motos, con una Yamaha, en el mítico rally maratoniano.

La organización del evento, que el pasado domingo tuvo conocimiento de que Terry había informado de que tenía algunos problemas con su depósito de gasolina, no fue capaz finalmente de encontrar al competidor a lo largo de tres días y, finalmente, cuando lo halló lo encontró sin vida, a 15 metros de su moto, sin casco y con restos de comida a su lado.

Terry se detuvo a 300 metros de la pista y, al cierre de esta edición, la organización francesa aún no había dado una explicación convincente de qué le había ocurrido a Terry. Ni siquiera fue capaz de saber si, ciertamente, había sufrido o no un accidente.

DESCONOCIMIENTO TOTAL Es más, Etienne Lavigne, máximo responsable del Dakar, conocía a la perfección a Terry. "Era normando, como yo, y teníamos contacto a lo largo del año. Su muerte, como la de cualquier otro participante, me duele en el alma pero la de Pascal es especial para mí, entre otras razones porque algo ha debido de fallar en nuestra organización para que el aviso de Terry llegase antes a París que a nuestro puesto de control del rally".

Los restos mortales de Pascal Terry, que fue convencido por un amigo para que tomase parte en el Dakar en moto y no en coche como quería, fueron hallados por uno grupo de socorristas en el kilómetro 197 del tramo, disputado el pasado domingo, entre Santa Rosa y Puerto Madryn. Terry fue encontrado entre unos pastizales y, ciertamente, tanto su moto como él y sus enseres estaban muy ocultos y pasaban totalmente desapercibidos entre la maleza.

Terry eleva a 54 el número de muertos del Dakar, a lo largo de 31 años de historia, aunque algunos consideran que la cifra es muy superior pues la organización se niega a contabilizarlos y desconoce cuántos pobladores africanos han muerto en tres décadas de competición.

MUERTE DE SABINE Entre los fallecidos se encuentran dos españoles: Tomás Urpí, que seguía algunas etapas de la prueba en 1996, y el piloto José Manuel Pérez El Carni, como consecuencia de un accidente en el 2005.

El año más luctuoso fue el de 1986, cuando murieron siete personas, entre ella el alma mater de la prueba, el francés Thierry Sabine, que falleció, junto a otras cinco personas, cuando su helicóptero se estrelló en Gourma (Níger) mientras seguía la prueba del Dakar.

El rally ha dejado este año seis heridos de consideración en diversos hospitales, como son el checo Dusan Randysek, el francés Jean François Jayez, el canadiense Donald Hatton y el chileno Andrés Tamm.

A los pilotos británicos Paul Green y su copiloto Matthew Harrison, ingresados en el hospital de Santa Rosa tras sufrir otro grave accidente en carrera, se les tuvo que inducir ayer un coma para, según los médicos, "acelerar su recuperación".

La muerte de Terry ha causado una honda conmoción entre los participantes en el rally, de tal manera que ayer solamente se hablaba de la luctuosa noticia, muy por encima de los resultados deportivos, que evidentemente quedaron en un segundo plano a raíz de conocerse lo que había ocurrido.