Su imagen está indisolublemente unida a muchos de los que nos hemos dedicado al periodismo en Extremadura, en especial al deportivo, marco en el que era unánimente admirado. Durante los últimos años, su labor ha ido mucho más allá, impulsando las adopciones de niños chinos. La prematura muerte de Fernando Hernández ha llenado de luto el verano extremeño, que deportivamente había sido muy bueno, con noticias muy positivas. Con Fernando se va un referente, un tipo capaz de divertirse con una profesión. La última vez que le vi fue justo antes del verano, en Zafra, con una sonrisa en la boca y una cámara con la que no paraba de retratar a su Isabel, que acababa de recibir el premio a la Mejor Deportista Promesa. Después, escribiría una carta en este periódico para denunciar que alguien "no había hecho bien su trabajo" y que por ello su hija no podría ir a las Paralimpiadas. Fernando, tú sí que hiciste bien tu trabajo. Descansa en paz, compañero.