Objetivo cumplido. Garbiñe Muguruza ha dado el paso que faltaba para estar entre las ocho maestras del año en a las Finales WTA de Singapur. La tenista española no podía elegir un mejor día para celebrar su 22º aniversario. Un pequeño pastel dentro de una caja del color lila, acompañado de un tarjetón confirmando su clasificación, fue el regalo que le hizo la organización del torneo de Pekín y la WTA, el mejor que podía recibir, tras conseguir los puntos que le faltaban con un triunfo en octavos de final ante la croata Mirjana Lucic-Baronipor 1-6, 6-2 y 6-1.

Desde el año 2001, cuando Arantxa Sánchez Vicario disputó en Múnich el torneo de las maestras (cayó en cuartos), no había vuelto a entrar en ese distinguido club ninguna tenista española. Ahora, 14 años después, Muguruza tendrá el honor de recuperar esa plaza, y a ella podría unirse aún Carla Suárez si la tenista canaria tiene una buena actuación en el último Premier 5 que jugará en Moscú, justo antes del Masters femenino que se disputará del 25 de octubre al 1 de noviembre. Un torneo en el que también tienen plaza Halep, Sharapova y Kvitova, después de que Serena Williams haya renunciado.

"Estoy muy contenta de ser una de las ocho mejores jugadores del año. Toda esta gira ha sido muy dura. Estaba motivada para acabar bien el año porque la gira americana no fue buena. Me he centrado en trabajar duro y pedirme un último esfuerzo", ha dicho Muguruza que no ocultó su angustia antes de lograrlo.

RAQUETA MACHACADA

Necesitó 1 hora y 22 minutos y remontar un set para superar un partido de tensión y nervios en el que la española rompió su raqueta tras encajar el 6-1 ante Lucic (número 80 mundial). "Estaba un poco frustrada. No me gusta hacer lo que hice con la raqueta. Está mal. Pero en ese momento fue la única forma de desahogarme en la pista".

Su actual entrenador, el francés Sam Sumyk, le dio "una regañina" por esa acción y la animó. "Venga Garbiñe, puedes hacerlo". Y Muguruza logró olvidar sus nervios y centrarse para ganar el partido más importante desde que jugó la final de Wimbledon en julio. Después tuvo una mala gira americana y tres días antes de empezar el US Open puso fin a su relación con su entrenador de siempre, AlejoMancisidor.