Fue el hombre del día en los informativos de deportes ayer. El pasado del pívot gallego Fran Vázquez, elegido en undécimo lugar en el draft de la NBA por Orlando, tiene una referencia cacereña: jugó como verdinegro el Campeonato de España sub-20 en Segovia en el 2001 y recibió una gran oferta del equipo que entonces dirigía Alfred Julbe. No sólo incluía un gran esfuerzo económico y una larga duración (cuatro años), sino también la posibilidad de estar con el primer equipo desde el principio, contando como tercer o cuarto jugador en la rotación interior.

Sin embargo, todos sabían que era muy difícil que Vázquez, que por entonces tenía 18 años, aceptase. A su puerta habían llamado todos los grandes y se decidió por el Unicaja, que le ha visto crecer en su juego más todavía.

Once tapones

Ahora su futuro está en la NBA tras pagar su cláusula de rescisión. "Ya se veía que sería un gran jugador", recuerda Javier Bohigas, uno de los entrenadores de Vázquez en aquella semana que pasó en el Cáceres. "Tenía unas condiciones espectaculares", añade Manuel Hurtado, entonces ayudante de Julbe y que fue a recogerle en furgoneta a Madrid, adonde había volado procedente de Bilbao. Fue en la ciudad vasca en la que empezó a despuntar en el desaparecido Club Siglo XXI, que reunía a las mejores promesas nacionales.

Todos coinciden en destacar el dato que acreditó el pívot en su primer partido en el torneo de Segovia: le puso once tapones al Unicaja. Pero no sólo era un jugador defensivo. "Si le dabas el balón cerca del aro, la metía siempre", apunta Hurtado. De hecho, su altura de 2,09 se ve acompañada de una tremenda envergadura de brazos. "Lo primero es mejorar mi inglés", dijo ayer, muy feliz por la elección.