Hay victorias que valen una vida. Hay triunfos que provocan admiración. Hay gestas que convierten a sus protagonistas en únicos. Hay actuaciones que solo están reservadas a los elegidos. Se diría que tras disfrutar del 2-6 del Bernabéu y del 4-1 copero, tras ver que su Barça conseguía en una semana el bicampeonato que a él le ha costado media vida, Jorge Lorenzo quiso homenajear a su amigo Samuel Eto´o y al resto de gent blaugrana con una actuación que les catapulte a la victoria en Roma, adonde, dentro de 15 días, piensa acudir pintarrajeado de azulgrana. Desde ayer, como sucede ya con su Barça, el planeta entero, incluso el de las dos ruedas, sabe que este mallorquín ya está listo para mayores conquistas.

Lorenzo, en efecto, ejerció ayer, en Le Mans --el mítico trazado de las 24 Horas de Paul Newman, el circuito más inestable del mundo, inmerso en un microclima único, donde llueve media hora y hace sol la otra media, donde hay nubes negras o cielo azul-- de Puyol, Xavi, Iniesta, Messi, Eto´o y Henry a la vez. Por eso, al final, después de ser el mejor, el más rápido, el más veloz, el único líder de la primera a la vuelta 28, tras ser un cohete sobre mojado en las primeras vueltas y un relámpago en las últimas con el asfalto ya seco, tras ser un torpedo con neumáticos de lluvia y una centella con ruedas slicks , Lorenzo fue homenajeado por todo el mundo como el hombre que no solo ha recuperado el liderato del campeonato de MotoGP perdido por una caída absurda, tonta, boba, juvenil, precipitada, en Jerez, sino por ser capaz de ganar a los grandes, a los que él aún consideran estratosféricos, en un trazado de leyenda.

MAS TROFEOS, MAS La armada española pisó ayer Le Mans, ante 75.903 espectadores, con tres poles bajo el brazo. Y lo abandonó en la cresta de la ola, en la cima de las tres categorías tras sendas exhibiciones prodigiosas, únicas, de Julito Simon (Aprilia, 125cc), que por fin ganó un gran premio tras dominar la categoría desde los ensayos invernales, y de Lorenzo (Yamaha, MotoGP), arrollador en una carrera que empezó sobre mojado, terminó seca y donde todos sus participantes, en el peor ¿o mejor? estilo de la F-1, entraron a cambiar sus motos. Pero la armada logró más, mucho más. Sumó tres podios valiosísimos. Sergio Gadea (Aprilia) fue tercero en la pequeña cilindrada, donde la caída de Joan Olivé (Derbi) arrastró a Marc Márquez (KTM) cuando ambos acariciaban el podio; Héctor Faubel (Honda) lució el escudo del Valencia CF en el segundo escalón del podio de dos y medio y Dani Pedrosa, en una remontada escalofriante, ya con las ruedas de seco, acabó tercero tras superar a Andrea Dovizioso, su compañero en Honda, en la última vuelta tras reducirle 11 segundos en 10 vueltas. Los olés acabaron con Alvaro Bautista, cuarto en el cuarto de litro, encaramado al liderato de la categoría, como Simón en 125cc y Lorenzo, en la categoría reina.

Qatar, Japón, España y Francia han demostrado que este no va a ser un Mundial fácil. Los pretendientes son cuatro, como cuatro fueron los pilotos que lograron las poles de cada GP. Es más, hasta que Lorenzo, con su actuación arrolladora de ayer, rompió la norma, solo faltaba Pedrosa para completar el pleno de los cuatro novios de la victoria. Había ganado Stoner en Qatar; había vencido Lorenzo en Japón; había triunfado Rossi en Jerez, solo faltaba el discípulo de Alberto Puig, cuyos problemas físicos e inferioridad

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