Para Sergio Mogena Estévez (Cáceres, 19 de julio de 1994) el día parece quedarse corto, con solamente 24 horas de margen, para abarcar todo lo que quiere. Inquieto, con indisimuladas ganas de proponer al tiempo que de aprender de lo suyo, el protagonista de esta abnegada historia en el deporte extremeño rezuma ilusiones y movimiento a partes alícuotas.

Una hora de conversación prueba ese entusiasmo, puede que empíricamente. A saber: estamos ante un nadador de élite aún en activo que no ha dicho su última palabra como competidor. «Lo soy desde los cuatro años y lo seré hasta que me lo pida el cuerpo», entrenador en el Centro de Tecnificación de la Ciudad Deportiva de Cáceres y en su club, Los Delfines y, a partir del pasado verano, preparador físico del Nissan Al-Qazeres, de Liga Femenina de baloncesto, al que llegó de la mano del fisioterapeuta José Moreno, ‘Perry’, para aceptar un reto «al que no podía decir que no».

La trayectoria de este joven, al que sus estudios de Ciencias del Deporte y el máster le debe haber costado compaginar con la alta competición, no es baladí. Mogena es uno de los nadadores más relevantes de la historia de Extremadura, resultados en mano. No en vano, fue campeón de España infantil en los años 2008 y 2009.

Como nadador, se prepara en el Perú Cáceres Wellness. Aún tiene el gusanillo de competir (insiste en que no sabe cuándo lo dejará) este deportista que solamente se arrepiente de no haber aceptado en su día una beca en EEUU «cuando vi a mi madre llorar» y no tanto de no haber firmado por el Mairena de Aljarafe para haberse desarrollado en uno de los grandes clubs.

Por supuesto, tiene «sana envidia» de compañeros y amigos que han conseguido la internacionalidad e incluso ido a Juegos Olímpicos (Miguel Durán o Fátima Gallardo y no duda que «conseguirá lo que quiera» César Castro en el futuro) y que él no tuviera el toque de fortuna necesario cuando era campeón español «porque cuando podía se quitó la selección, mala suerte…».

En la Ciudad Deportiva, junto a Rafa Castellano y con la profunda huella que ha dejado el referente técnico, el madrileño Serafín Calvo. prepara a 13 nadadores, entre ellas Estela González, la talentosa villanovense, «bracista como yo, por lo que me entiende mejor». Su perfil se asemeja también a Juanmi Navia, Juanlu Vega, Sara Lozano o Paloma Marrero, que han estado arriba y avanzado en carreras diferentes hasta desembocar en un amor especial. También lo dio todo su familia, claro. «Supe qué es lo que suponía cuando mi padre venía a acompañarme a entrenar a las cinco y media de la mañana», cuenta

Por eso, cuando las chicas del Al-Qazeres le hablan del sacrificio de las duras sesiones físicas a las que las somete, él puede esbozar una sonrisa y mirarse a sí mismo. «En la primera semana no pude entrenar con ellas, pero cuando las vi por primera vez dije que quería empezar ya», dice con pasión. Y ahí se vale de su entusiasmo y de las más experimentadas, como la base Carla Nascimento o la pívot Esther Montenegro, que saben muy bien lo que se hacen, para desarrollar esta nueva faceta profesional. Otro descomunal reto.