Todo se mueve alrededor del número uno. El Barcelona Open Banco Sabadell ya lleva dos días en marcha, ha completado su primera ronda y reúne en su glamuroso village a la sociedad civil de la ciudad cada mediodía. Pero todo los ojos siguen centrados en Rafael Nadal, el rey de la tierra. A pesar de que no debutará hasta hoy (14.30 horas, Teledeporte), ante el portugués Frederico Gil, el tenista manacorense hace ya dos días que es el centro de atención absoluto.

El lunes, Nadal se prodigó en todo tipo de actos promocionales, ruedas de prensa y compromisos. Ayer, ya más centrado en la pista, se entrenó durante más de dos horas --el servicio sigue dándole quebraderos de cabeza--, pero también fue protagonista de un emotivo encuentro con el anterior supercampeón español, Manolo Santana. Nadal lleva seis títulos en torneos grandes, pero Santana conquistó cuatro en los años 60 del siglo pasado. El respeto entre ambos es absoluto, y de su boca solo salen elogios hacia el otro. "Rafa es un jugador enorme, está jugando un tenis increíble y no le veo límites", aseguró Supermanolo . Su sucesor en el imaginario deportivo del país le correspondió garantizándole su presencia en el torneo Masters 1000 de Madrid (10 al 17 de mayo), del que Santana es el director deportivo. Madrid, como Barcelona, no podría garantizar hoy por hoy el éxito del torneo sin la presencia del indesmayable número uno.

Los dos campeones se intercambiaron raquetas. Manolo entregó la mítica Dunlop Maxpli con la que ganó en la hierba de Wimbledon en 1966 para la fundación benéfica de Nadal, y Rafa le dio la moderna Babolat con la que hizo saltar por quinta vez la banca en Montecarlo. "¿Quién ganaría en un duelo entre los dos? Rafa, sin duda, aunque él jugará con mi raqueta de madera y yo, con la suya", dijo Santana en un ejercicio de modestia. "¿Pero no véis que está hecho polvo?", bromeó el mallorquín, sin acritud.

Ferrer y Feli, adelante

Nadal habló un poco de todo. De su momento físico --"Estoy feliz de cómo está respondiendo el cuerpo"--, de la preparación psicológica --"Es una cuestión de años, no de hoy para mañana"--.

Y mientras Nadal se entrena, se mueve, habla y se erige, casi sin querer, en el centro de la tierra, los demás luchan por tener su pequeña parcela. Como David Ferrer, el primer español en octavos tras sufrir ante el kazajo Mijail Kukushkin (6-3, 3-6, 6-1). Y Feliciano López, fácil vencedor del finlandés Nieminen (6-2, 6-1). Y Tommy Robredo (ante Gaudio), Fernando Verdasco (Lapentti), Oscar Hernández (Berdych) o Nicolás Almagro (Chela), que hoy buscarán el pase a octavos.