El español Rafael Nadal, segundo favorito para hacerse con el título y vigente campeón del torneo, arrolló ayer al serbio de 19 años Novak Djokovic por 6-4, 6-4 y abandono por lesión, para colocarse de nuevo en la antesala de la final de Roland Garros.

Ya con 58 victorias consecutivas sobre tierra batida, el defensor del título se enfrentará ahora al croata Ivan Ljubicic, una vez superado el escollo que suponía Djokovic. El serbio decidió abandonar cuando se llevaban disputados una hora y 54 minutos de partido debido a unos problemas en la espalda. Sin embargo, afirmó que podría haber derrotado a Nadal si no hubiera sido por la lesión. Y es que Djokovic saltó a la pista con unas zapatillas en las que llevaba escrito en los talones "Vamos" y "Nole", su apodo, a imagen y semejanza de las de Nadal ("Vamos, Nadal").

El duelo era el cuarto encuentro de cuartos de final más joven desde que comenzó la Era Open en 1968. Y Nadal, a la vez que alcanzar las semifinales, ha logrado asegurarse ya el puesto de número dos del mundo al término de esta semana, independientemente de lo que haga de aquí en adelante.

La fortaleza del español desde el fondo de la pista y también su experiencia en estas rondas finales fueron superiores a la ilusión de Djokovic, el segundo serbio en la historia en alcanzar esta ronda en un Grand Slam después de Slobodan Zivojinovic.

Nadal se apuntó el primer set en 47 minutos. En ese parcial fue donde ambos midieron sus fuerzas y donde el español dejó constancia de que estaba preparado para aguantar lo que fuera. Tras este parcial, la voluntad de Djokovic pareció resquebrajarse y en los tres primeros juegos siguientes estuvo descentrado y acribillado por las dejadas del español. Incluso entregó el 3-0 con una doble falta y Nadal llegó a situarse con una ventaja de 4-1 y un franco 30-0. El serbio parecía hundido y pidió la asistencia médica por problemas en el muslo izquierdo y en los músculos lumbares.

A pesar de todo, el de Belgrado aguantó y, gracias a sus tremendos golpes planos de derecha, forzó a que Nadal tuviera que rematar esta manga en el décimo juego, cuando ya Novak había rodado por el suelo en busca de bolas inalcanzables. Fueron momentos de bajón mental de Nadal. "Esto es lo que hay, es lo que toca esta semana", recordó el de Manacor al rememorar que este año quizás no juega con la soltura del 2005 y ha pasado ya por varias situaciones en las que se ha visto dominado.

ABANDONO Fue al final del segundo set cuando el serbio decidió que no podía soportar más castigo y decidió abandonar. Su espalda le estaba matando. Así, Nadal lograba colocarse en semifinales con menos esfuerzo de lo esperado y una victoria breve que supone una buena medicina para recuperar todo el esfuerzo que ha realizado en partidos anteriores. El manacorí suma hasta ayer 14 horas y nueve minutos de brega en pos de su segundo título en París.

Nadal señaló tras el partido que debe recuperar energía. "Llevo mucho tiempo en la pista", explicó al recordar los largos encuentros diputados anteriormente. "Cuando lo he necesitado sí que me he animado. Tampoco hay por qué derrochar energía, lo he ido viendo a medida que han ido pasando los años. Prefiero ganar en tres sets, es una pena que él tuviera que retirarse, pero ya estaba bastante encarrilado", explicó.