A veces necesitas un poco de suerte y el miércoles la tuve con el parón por la lluvia», admitía Rafael Nadal minutos después de clasificarse para las semifinales de Roland Garros por undécima vez tras vencer al argentino Diego Schwartzman por 4-6, 6-3, 6-2 y 6-2. Hoy (15.30, DMax en abierto), ante otro argentino, Juan Martín Del Potro, que se impuso al croata Marin Cilic por 7-6 (5), 5-7, 6-3 y 7-5.

Nadal estaba feliz. En la pista lo demostró con un gran salto, el puño izquierdo al aire y un grito de «¡Vamos!» que resonó en la Philippe Chatrier. Tras el susto del miércoles, ayer en la reanudación resolvió el partido en 47 minutos, cediendo solo cuatro juegos a Schwartzman. «He perdido un set pero estoy donde quería con la máxima ilusión y determinación», aseguraba.

El día anterior no estaba tan seguro de poder conseguirlo cuando la lluvia obligó a suspender el partido por primera vez y Schwartzman dominaba el marcador por 6-4, 3-2 y el servicio en su poder. «No veía como abrir pista, ganar posición. Estaba muy defensivo. Jugaba muy mal», reconocía. Una vez más la lluvia le ayudó. «Repasé mis fallos y cambié la forma de encarar el partido», dijo. En la reanudación ya no fue lo mismo.

Por otra parte, París y el número 1 deberán esperar para Garbiñe Muguruza. Fue eliminada en semifinales por la rumana Simona Halep, que la derrotó por 6-1 y 6-. La española se encontró al otro lado de la red un muro inaccesible y acabó desesperada.