"Estuvo imparable, jugando a este nivel imposible", dijo Rafael Nadal sobre su verdugo en las semifinales de Australia, el francés Jo-Wilfried Tsonga, del que no esperaba esa gran actuación. "No esperaba este nivel ni de Federer", dijo Nadal, quien admitió haberse sentido impresionado por la potencia de su rival. "Es rápido, explosivo, no es real que cada bola que tocaba fuera a mi revés con esa potencia y con una fuerza no habitual.

Algunas de sus voleas de su revés fueron increíbles, jugando a ese nivel es difícil pararle y mejor que hoy será difícil que juegue. No puede jugar así siempre". Nadal dijo que no estaba frustrado y que tampoco sintió impotencia, pero que apenas pudo hacer cambios. "No he podido entrar en el partido, no me daba tiempo, era todo un pim-pam-pum. Ante eso, uno puede sacar mejor, tirar más fuerte de derecha, pero esto es como una balanza y cuando un jugador está así, el otro baja. En estos casos lo único que se puede hacer es sacar mejor para que el partido se iguale más".

"Entré con las cosas muy claras pero el partido comenzó mal para mi con aquella rotura inicial. Luego ha sido un cúmulo de circunstancias y no ha sido por falta ni de mi lucha, ni de ideas mías", prosiguió. "Hay que saber perder y ganar con humildad, así que lo mejor que pude hacer es felicitarle y seguir adelante, guardar las raquetas y trabajar aún más", dijo Nadal.

"No es cuestión de suerte que esté en la final después de haber vencido a jugadores como Murray, o Youznhy", comentó Rafa Nadal al serle preguntado si todo había sido fortuna de Tsonga, "pero creo que va a sentir la presión de su primera final de un Grand Slam", añadió sobre el partido que tendrá, bien con el serbio Novak Djokovic o contra el suizo Roger Federer.