Ese ansiado mordisco a la copa del Abierto de Estados Unidos ahora sí que está a solo ya un paso para Rafael Nadal. El número uno del mundo acaba de imponerse en la pista Arthur Ashe, otra vez con la contundencia de tres sets (6-2, 6-3, 6-4) a Mikhail Youzhny, el hombre que le apeó del torneo en los cuartos del 2006.

Hoy no ha habido viento sino sol. Pero no habría importado nada. Nadal, otra vez, ha demostrado ser el mejor, fuerte física y mentalmente como nunca en Nueva York. Por primera vez en sus ocho apariciones en Flushing Meadows, alcanza la final. El público le adora. Y lo hará aún más después de que tras su victoria, y esquivando preguntas sobre los potenciales rivales de mañana, Roger Federer o Novak Djokovic, haya tenido unas palabras de solidaridad con las familias de las víctimas del 11-S.

Nadal ha hablado de un sueño acariciado. Y lo ha hecho tras un partido en el que desde el primer momento ha demostrado su fuerza. En solo quince minutos, el de Manacor ha roto por primera vez el servicio al duodécimo cabeza de serie del torneo para ponerse 3-1. Y aunque el siguiente juego ha sido un intensísimo duelo lleno de rallies que se ha alargado 12 minutos y en el que el moscovita ha tenido una oportunidad de hacer lo que en este torneo solo ha hecho una vez Fernando Verdasco, robarle un punto a Nadal cuando él servía, no ha logrado conseguirlo entonces.

AUTORIDAD EN LA PISTA

Youzhny ha tenido que esperar hasta el octavo juego del tercer set, que ya parecía encarrilado por Nadal, para lograr robarle un punto a este en su servicio y colocarse 4-4. Pero en el siguiente juego Nadal le demostró que podía despedirse de cualquier ilusión, rompiéndole también. Solo le quedaba servir y apabullar a Youzhny para apuntarse la victoria con un último juego en blanco. Como siempre elegante y educado, ha reconocido justo después en las declaraciones en la pista que Youzhny había llegado al duelo más cansado.

Es verdad que el ruso había necesitado más tiempo que Nadal para superar sus partidos previos. Y es que el español es un rayo. Ayer ganó en solo 2 horas y 13 minutos. Y, en total, solo ha pasado 14 horas y 24 minutos jugando.

SEXTO HOMBRE EN LA HISTORIA

Ahora Nadal espera a que se dispute el partido entre Federer y Djokovic del que saldrá su rival en la final de mañana. Y también la historia espera.

Nadal es el sexto hombre que en la era moderna del tenis alcanza las finales de los cuatro grandes y, a sus 24 años y 101 días, es el segundo más joven en hacerlo, solo por detrás de Jim Courier, que estaba a punto de cumplir 23 años en cuando selló ese cuarteto de finales en Wimbledon en 1993. De ganar mañana, se convertiría en el séptimo hombre que conquista Nueva York, Wimbledon, Roland Garros y Australia. Sería también el segundo más joven en lograr el hito (Don Budge lo hizo a los 22).