El español Rafael Nadal tendrá un enemigo extra en las semifinales, su hombro izquierdo, maltrecho ayer pero que no impidió que venciera a su compatriota Feliciano López por 6-4 y 6-4, en 90 minutos. Un triunfo que le sitúa a una sola victoria de consolidar su puesto de número uno del mundo hasta final de año.

El concurso de Nadal en la semifinal fue vigilado con lupa. El ex jugador francés del Real Madrid Zinedine Zidane fue uno de los que no se quiso perder este duelo fratricida entre dos españoles que se conocen a la perfección. Y mientras calentaban en la pista central su tío y entrenador Toni Nadal señalaba a TVE que había dudas sobre si podría acabar incluso el partido.

"Ya veremos si puede acabar el partido porque tiene unos problemas ahí", dijo, a lo que Rafael Maymó, fisioterapeuta particular del jugador, añadió que le habían aplicado "un tratamiento de recuperación de urgencia para ver qué tal responde".

El problema no era ahora el glúteo, si no el hombro izquierdo, tocado durante su partido anterior contra Gasquet, y que ayer no le permitió entrenarse más que 20 minutos.

MUY TOCADO "Tiene un dolor en la parte posterior del hombro" señalaba su médico Angel Ruiz Cotorro. Y el rumor sobre su maltrecho estado se extendió por toda la pista, y se constataba al observar la velocidad en el saque del de Manacor, 137 km/hora, el más bajo, y nunca más allá de los 180 km/hora.

"A hasta última hora hemos estado ahí, ahí. Hemos hecho todo tipo de cosas hasta hace casi dos horas, y por suerte he podido salir a jugar", dijo Nadal al respecto tras ganar a López.

Incluso con tan pírricos registros Nadal sacó el partido adelante, porque le basta su resto y la buena visión que tiene para pillar la bola adelante para destrozar a cualquier adversario.

Por su parte, el suizo Roger Federer, campeón del 2006, auxiliado por un seguro saque, mantuvo a raya (6-3 y 6-3) en 89 minutos a Del Potro, el mejor argentino del momento, y se medirá al escocés Andy Murray en semifinales del Master Series de Madrid.