El fenómeno Rafael Nadal llegó a su final en el Abierto de EEUU después de perder por 6-4, 4-6, 6-3 y 6-1 ante el norteamericano James Blake, que dejó al último torneo de Grand Slam sin la segunda cabeza de serie.

El partido duró dos horas y 27 minutos, y confirmó lo que ya había quedado manifiesto en los dos primeros encuentros disputados por Nadal: falta de confianza e inconsistencia del mallorquín, que nunca se mostró cómodo en la pista central.

La derrota de Nadal, de 19 años, en su primer enfrentamiento con Blake, la verdadera prueba de fuego que tenía ante el ganador del torneo de New Haven, se convirtió en la segunda gran sorpresa del torneo después que el estadounidense Andy Roddick, cuarto cabeza de serie, perdiera en la primera ronda ante el luxemburgués Muller.

El partido nunca fue favorable para Nadal, que este año ha ganado nueve títulos individuales, incluido el de Roland Garros, al perder el primer set después que le rompió el saque en el noveno para asegurarse la manga.

La recuperación en el segundo de Nadal fue un espejismo porque Blake era el que mejores y más golpes ganadores colocaba y lo confirmo en el tercer y cuarto, para terminar en plan exhibición ante el fenómeno del tenis.

"Ha sido increíble la manera que he jugado, los golpes ganadores que he metido ante un rival de la clase de Nadal", declaró Blake. "Simplemente, el ganar en la pista central y ante Rafael es sencillamente un sueño hecho realidad".

Blake, que dijo que su mejor triunfo como profesional había sido ganar a Agassi, el conseguido ante Nadal formaba también parte de lo mejor de su carrera.

"Después de los dos años que he tenido con todos los problemas de mis lesiones el estar ahora en los octavos del Abierto es algo maravilloso, que me deja con una sensación única", destacó Blake al final.