Tranquilo, sereno y feliz. Esas son las sensaciones con las que Rafael Nadal afrontará hoy su debut en Roland Garros. Por quinto año vuelve a un escenario donde aún nadie lo ha visto perder desde que debutó en el 2005. La ansiedad que sentía los primeros años es menor ahora, a pesar de que desde que llegó a París no ha dejado de escuchar que es el archifavorito para ganar otra vez.

Nadal sonríe cuando le recuerdan su superioridad y lo colocan ya en la final sin haber empezado a jugar. "Roland Garros no es propiedad de Nadal. Soy consciente que algún día perderé, aunque espero que no sea este año. Perder no sería ninguna tragedia, si llega lo afrontaré con la misma calma con la que he ganado las cuatro anteriores veces", señaló ayer en un encuentro que tuvo con la prensa española a 24 horas de su debut, hoy, contra el brasileño Marcos Daniel (número 96 del mundo) en una jornada para la que ya no quedan entradas.

El número uno del mundo siente que todos los ojos están puestos sobre él. Ha llegado el momento de la verdad y no quiere sorpresas. "Daniel es un jugador veterano, que viene de pasar la previa y que no lo pondrá fácil. Si quiero ganar deberé jugar serio y sin cometer errores", insistía el tetracampeón.

Para evitar sorpresas, como le sucedió el sábado cuando perdió el set de exhibición ante el argentino Brian Dabul, Nadal se sometió ayer a un intenso entrenamiento de más de dos horas con los argentinos Sergio Roitman y Horacio Zeballos en una abarrotada pista a la que ya era imposible acceder antes de empezar la sesión preparatoria. "Ayer no me tomé en serio la exhibición, no salí preparado. Pensé que sería más tranquilo y él jugó bien. La lluvia tampoco ayudó demasiado. Hoy he estado más atento en el entrenamiento", recalcó. Nadie duda que se ha puesto las pilas para intentar batir el récord de cuatro títulos seguidos que comparte con Bjorn Borg, aunque no quiere hablar de eso. "El torneo no ha empezado para mí, no he jugado aún ningún partido. Todo eso de la historia y de los récords ya lo valoraré cuando termine mi carrera", insistió.

SIN AGOBIOS El número uno del mundo se siente preparado para la defensa del título pero no quiere agobiarse con la presión extra de los medios de comunicación y de los aficionados. "Mi presión es la única que vale para mí. Soy consciente de lo que quiero. Me gusta ser realista y sincero conmigo. La temporada de tierra ha sido casi perfecta. He ganado tres títulos y he jugado una final", aseguraba ayer. Ese éxito no le impedía ser crítico con su juego. "Creo que en tenis he estado por debajo del nivel del año pasado, aunque las veces que se me ha exigido, he respondido bien" dijo. Y Nadal destacó como esos momentos clave de los que se sentía satisfecho "el tercer set de la final de Montecarlo contra Djokovic, la final contra Ferrer en Barcelona, el partido ante Soderling en Roma y la semifinal de Madrid contra Djokovic".

Nadal se quejó de que la gente solo valora triunfos como los de Roland Garros. "El tenis es injusto en este sentido, las victorias en los Grand Slam se valoran muy por encima del resto de torneos y personalmente veo más dificil ganar de forma seguida Montecarlo, Barcelona y Roma que Roland Garros", decía el número uno, que hoy inicia su torneo.