Rafael Nadal, el indiscutible rey de la tierra batida, y Dominic Thiem, considerado su heredero en esa superficie, pelean este domingo (15.00 CET) por levantar la Copa de los Mosqueteros de Roland Garros, que sería la undécima para el español y la primera para el austríaco. Siete años y medio separan a Nadal, que acaba de completar 32, y a Thiem, que hace 25 en septiembre, aunque a los dos les une su voracidad en la arcilla. La tremenda temporada de ambos en esa superficie habla por sí sola.

El español, número 1 mundial, tiene 25 partidos ganados y una sola derrota en la gira en arcilla, precisamente ante el austríaco en los cuartos de final de la final del Madrid Open (7-5 y 6-3), hace poco más de un mes. Thiem, de golpes demoledores y rápido de piernas, parece ser el único que en los dos últimos años ha hallado la criptonita para desactivar a Nadal en la arcilla.

«Es un día para estar felices. Son once veces de estar en una final como Roland Garros (...) Parece que es lo lógico, pero no lo es, no quiero que así lo sea», manifestó el tenista español, nada más sellar su pase a la decisión de la arcilla parisina.

Los números del mallorquín en el torneo de tierra batida por excelencia asustan, pues cuenta con 85 encuentros vencidos y solo dos perdidos, uno ante el sueco Robin Söderling en los octavos de 2009 y otro ante Novak Dkojovic en los cuartos 2015.

El español, número uno del mundo, busca agrandar su ya exuberante palmarés de 78 títulos, 16 de ellos ‘Grand Slam’, entre los que figuran 10 Copas de los Mosqueteros (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017), más que ningún otro tenista en la historia y a mucha distancia del segundo, el extenista sueco Björn Borg, quien acumula seis.

A POR EL 17 GLOBAL / Asimismo, un triunfo el domingo serviría para sumar décimo séptimo Grand Slam y acercarse a los veinte del suizo Roger Federer. Igualaría de paso el récord de la australiana Margaret Court, quien también se alzó con once grandes de un mismo torneo (Open de Australia entre 1960 y 1973). Si Nadal representa la jerarquía, Thiem encarna la revolución. El tenista austríaco (10 títulos en su haber, todos menores) está empeñado en destronar al español, contra el que perdió en las semifinales de Roland Garros de 2017.

«Sé como jugar contra él. Tengo un plan (...) Intentaré todo para que mi plan funcione aquí también y no solo en Madrid o Roma (torneos en los que venció al español)», avisó el aspirante, debutante en la final de un torneo de Grand Slam.