La Asociación Deportiva Extremadura puede quedarse muy pronto sin entrenador. Quien ocupa su banquillo desde hace un año y medio, Nano Maroño, ha dado algo similar a un ultimátum a sus dirigentes: o se le paga lo que se le adeuda --prácticamente toda esta temporada y parte de la anterior-- o dimitirá en enero, erosionado anímicamente en lo que es una situación personal muy complicada.

Los problemas de liquidez del equipo extremeño de la División de Plata de fútbol sala, que espera aún la subvención municipal correspondiente al 2009, pueden tener una primera víctima. Contento en la parte deportiva --el equipo empieza a remontar el vuelo con dos victorias consecutivas tras un arranque de temporada flojo--, no cobrar le ha creado muchos problemas al entrenador, incluso con su pareja. "Le he dicho al club que depende de ellos que yo siga. No estar cobrando por lo que trabajas es terrible. Son tantos los meses los que te deben que no ves que lo que haces tenga valor", afirma desde su Galicia natal, donde pasa unos días de vacaciones.

Maroño estará el 3 de enero en Cáceres para retomar los entrenamientos... o recoger sus enseres personales tras despedirse de los jugadores, a los que ya informó de su situación antes de los días de descanso. "Mi intención es seguir en el club, pero el precio que estoy pagando es muy alto. Lo estoy sopesando. A lo mejor me compensa más irme", cuenta.

Según afirma, su relación el presidente de la AD Extremadura, Fermín Naranjo, es "muy buena". "Me consta que él y su directiva están trabajando para solucionarlo todo, pero me lo llevan diciendo un año y pico. También puede pasar que no vuelva a entrar dinero en el club hasta marzo, y con eso ya sí que no podría", cuenta el entrenador.

A nivel interno también se están planteando algunos cambios en la plantilla. El veterano Marcelo Almeida no volverá a jugar por su grave lesión de rodilla, aunque continuará en el club colaborando en la medida de lo posible.