ESTADOS UNIDOS: Irving (26), Curry (10), Harden (23), Faried (12) y Davis (7) --cinco inicial--; Rose, Thompson (12), Cousins (11), DeRozan (10), Gay (11), Drummond (6) y Plumlee (1).

SERBIA: Teodosic (10), Kalinic (18), Markovic (3), N. Bjelica (18) y Raduljica (9) --cinco inicial-- Jovic (6), Krstic (4), Bircevic, Bogdanovic (15), Simonovic, Katic (2) y Stimac (7).

ARBITROS: Stephen Seibel (CAN), Eddie Viator (FRA) y Borys Ryzhyk (UKR). Bjelica fue eliminado por cinco personales (min.35).

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la gran final de la Copa del MundoDurante la final se oyeron gritos de "Orenga dimisión". El rey Felipe VI presidió la final.

La selección de Estados Unidos puso un abismo entre la medalla de oro de la Copa del Mundo y el resto de equipos y lo demostró al ganar una final sin emoción, a Serbia, por 129-92, en una demostración de poderío.

La selección estadounidense salió desconcentrada, segura de sus posibilidades, y Serbia aprovechó las circunstancias y la nula defensa de los NBA para adelantarse en el marcador, gracias a la puesta en escena de Milos Teodosic y Nemaja Bjelica, con cuatro puntos cada uno.

Serbia todavía tuvo unos instantes más de gloria en los que amplió la ventaja (7-15), pero James Harden tomó las riendas del partido y lideró a sus compañeros a un parcial de 15-0 en solo 3 minutos, pasando el marcador a 22-15 casi sin esfuerzo. Ahí se acabó el partido y la final. La fiera estadounidense había despertado y ya nadie fue capaz de dominarle. Kyrie Irving anotó 15 puntos en el primer cuarto con tres triples sin fallo y Harden se fue hasta los 9 puntos. Además, los NBA acabaron el primer periodo con cinco triples sin fallo para un 35-21 final.

Krzyzewski siguió dando minutos a todos sus jugadores y Djordjevic decidió hacer lo mismo, mientras que la ventaja se iba agrandando y los estadounidenses se iban a vestuarios con un 67-41 claro y meridiano.

El marcador siguió cabalgando, en el caso de los NBA desbocado, ante la ausencia de defensas (77-48, min.23). En el caso de los estadounidenses porque no las necesitaban y en el de los serbios, porque no podían hacer casi nada.

La tensión, emoción y nervios que se le suponen a toda final, quedaron fuera del guión previsto por los USA y todo quedó reducido a la diferencia con la que ganarían y a las posibles jugadas que pudieran deparar los minutos restantes.