En el baloncesto, en una pista mucho más reducida que la del fútbol, también han comprendido que las tecnologías suman. La NBA aprobó en la temporada 2002-03 el uso del vídeo para decidir las jugadas más polémicas. No se trata de rearbitrar todas las acciones, sino de utilizar los medios tecnológicos en acciones flagrantes y en partidos claves, como la última final entre Celtics y Lakers. "Estamos muy satisfechos. La tecnología ayuda a que cada vez haya menos injusticias", dice David Stern, comisionado de la competición.

En los instantes finales, los árbitros pueden ir a la mesa para dilucidar si un tiro se ha hecho desde dentro o fuera de la línea de los tres puntos, si una falta flagrante puede ser motivo de la expulsión de un jugador o para cerciorarse de quién ha tocado en último lugar la pelota antes de salir fuera.