CACEREÑO 0: Félix Campo, Pedro García (min. 66, Nico), Guy, Diego, Caballero (min. 75, Bernal), Gabi, Jaime, Enrique, Rocha, Pablo (min. 54, Sergio) y Joaquín.

CORRALEJO 0: David, Angel, Abraham, Graciano, Juanma, Lando (Ayoze, min. 64), Zúñiga, Kuni (min. 76, Jorge Fernández), Saulo (Joropo, min. 54), Simón y Fali Montes.

ARBITRO: Figueroa Vázquez (Andaluz). Mal, como el partido, sin ningún criterio. Tarjeta amarilla a los locales Gabi, Jaime, Enrique y al técnico, Ismael Díaz y a los visitantes Lando, Fali Montes y Joropo.

INCIDENCIAS: Tarde noche agradable y terreno de juego en buen estado.

El Cacereño sigue negado en el inicio de liga. Ayer, ante el modesto Corralejo, y en el estreno en casa, sólo pudo empatar y aún no conoce el sabor al gol. Y, lo que es más grave, su juego no destila optimismo, algo que ayer se puso de manifiesto en multitud de ocasiones ante el cuadro canario.

En el primer tiempo, el Cacereño dispuso de sus mejores opciones nada más iniciarse el choque. A los tres minutos, los verdes ya habían tenido dos nítidas, pero ni Enrique ni Pablo tuvieron suerte en la finalización; al primero le sacó su disparo un defensor tras driblar al meta David y al segundo el balón se le fue al exterior de la red.

El Corralejo apuntaba escasos detalles técnicos, esperados en cualquier equipo canario y todo su bagaje se quedó en dos tímidos disparos de Simón y Saulo. Al Cacereño se le veía sin la chispa de la campaña anterior y todas las comparaciones de la grada se ceñían al grupo que tan buen fútbol practicó el año pasado.

Aun así, Rocha y Joaquín también pudieron mostrar detalles de calidad y gozaron de alguna opción para abrir el marcador. El canterano buscó el gol en dos jugadas personales, sin premio en el remate y el ariete andaluz levantó a la grada con un remate de chilena que se estrelló en el palo cuando terminaba el primer acto del encuentro.

Pese a las ocasiones, el juego careció de talento y ninguno de los dos equipos mostró calidad, ni técnica ni táctica. Tan sólo destellos individuales provocaron las tibias llegadas al área rival ante el aburrimiento de una grada que ayer salió especialmente preocupada por las sensaciones que le provoca su equipo en este tramo inicial de la campaña.

SEGUNDA PARTE

Tras la reanudación, el panorama no cambió excesivamente. Ni canarios ni cacereños supieron hacerse al inicio con el mando y el balón deambulaba por el terreno de juego sin sentido. Tan sólo Gabi conseguía poner orden en el centro del campo verde, pero pecó de individualismo. Los cambios acrecentaron la sensación de desorden en ambos equipos, pero la nitidez de las llegadas al área disminuyó notablemente. En lo físico, tampoco el Cacereño tampoco mostró un nivel superior al del débil Corralejo.

Sólo Enrique atisbaba peligro en el área de David, pero también en el punta de Azuaga se notaba el bajón físico por su reciente lesión. En este periodo la mejor ocasión la protagonizó el propio Enrique, pero envió excesivamente cruzado un servicio de Sergio. De aquí al final, todo un concierto de despropósitos y la sensación de haber visto sobre el campo a dos equipos de mitad de la tabla hacia abajo, pese a que las comparaciones sobre la temporada pasada a alguien le parezcan odiosas.