El diagnóstico de la enfermedad para el doctor del Cacereño está claro: el nerviosismo. Así lo asegura, al menos, el nuevo-viejo técnico del CPC, Angel Marcos, en su primera comparecencia pública después de que relevara a Aitor Bidaurrázaga, ahora su segundo de nuevo, al frente del equipo.

"Yo he visto nerviosismo en los jugadores. Muchos de ellos tienen muchas batallas, pero no sé, cuando nos marca el rival nos ponemos nerviosos. 22 goles son muchísimos". Marcos cree que en el grupo e incluso vaticina que conseguirá la permanencia, pero de momento su misión es calmar esa ansiedad que acucia, según él, a los futbolistas verdes. En ese trabajo están ahora él y el propio Bidaurrázaga, que sigue contando como el que hace gran parte del trabajo.

El factor bajas

La cantidad de bajas hace el resto, piensa. "Si estamos todos, hay una plantilla adecuada para estar en la zona tranquila", asegura. El discurso de Marcos va en la misma dirección, aunque lo que realmente le preocupa es que todas las bajas actuales, excepto la de Elías Molina, "son de la temporada pasada" y que ello puede haber sido consecuencia directa de las complicadas condiciones de trabajo de los futbolistas. Todos ellos fueron la base del equipo del pasado año.

La lista es larga (Palero, Mejías, Toni, Gonzalo, Molina, Valverde...), aunque como alta definitiva ya está Vargas, que tiene posibilidades de ser titular mañana en Jaén. "Tengo dos muy buenos porteros", dijo. En defensa y centro del campo serán titulares los que hay. David Gómez será el lateral izquierdo, Expósito el derecho y como centrales estarán Toto y Salva. No hay más alternativas.

Marcos dijo también que la plantilla ya está más tranquila en cuanto a que "en breve" podrán cobrar los atrasos. "No me gusta hablar de estos temas antes de un partido", recalcó un técnico que, pese a todo, asegura: "habrá un buen 'once'".