Con su pelo teñido de negro, fruto de una apuesta con sus jugadores, se pasea por su ciudad Antonio Ñete Bohigas González (Cáceres, 27-1-1966) recibiendo constantes felicitaciones por el ascenso a la LEB Oro de su equipo, el Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Aunque preocupado por la reciente operación de su padre, un histórico del baloncesto local del mismo nombre, se le nota que es un hombre feliz.

--Casi 20 días después, ¿puede dar una explicación lógica de su consecución teniendo en cuenta que usted mismo casi daba por campeón al Amics Castelló en la primera vuelta?

--Me parecía al principio de la segunda vuelta que tres victorias de diferencia era algo complicado de superar, pero a Castellón le pasó factura la Copa y alguna lesión y yo tenía buenas sensaciones y sabía que podíamos hacerlo.

--¿Ha sido el mayor éxito de su carrera por las circunstancias en las que se produjo?

--Ya había ascendido en Burgos a Oro, pero no se daba la connotación que fuera en mi ciudad y eso para mí es muy importante. Siento mucho Cáceres, lo que pasa a nivel deportivo, social, y estoy especialmente satisfecho, por el hecho de que ha ocurrido aquí, tras ayudar a la alegría de la gente.

--Hay cierta coincidencia en que tenía mejores jugadores la pasada temporada...

--Ahora ha habido menos individualidades y más grupo, eso es cierto. También aprendí yo mismo y cambié un poco mi forma de entender el juego. La pasada temporada llegamos al final muy al límite físicamente. En esta no ha habido ni titulares ni suplentes, ha habido rotaciones para intentar que determinados jugadores coincidieran una serie de minutos.

--Es que usted siempre ha tenido fama de jugar con pocos y no darle mucha bola a los reservas...

--Cuando tienes siete, juegas con cinco y los otros dos te dan rotaciones. Este año tenía diez y podía jugar con los diez. Y me han dado muy buen nivel.

--¿Se ratifica en que se merece seguir?

--Cualquier entrenador que sube se merece seguir en la categoría a la que asciende, y más habiendo entrenado ahí otras temporadas. Pero no es una decisión mía. Imagino que el club estará contento y hablaremos cuando se sepa exactamente en qué categoría va a salir.

--¿Cree que ha hecho un buen trabajo?

--Es que he hecho un excelente trabajo (risas). Quedar primero perdiendo solo cinco partidos...

--¿Qué parte de 'culpa' tiene usted en el éxito?

--La que corresponde a mi cargo. Era el máximo responsable, pues soy el máximo responsable del ascenso. También he tenido mucha gente detrás ayudándome. Todo el cuerpo técnico ha trabajado muy bien: Roberto Blanco, Mario Hellín, Lalo, Angel Martín, Emilio de Alba, Pepe el utillero... El toque humano que da Pepe une mucho. Y los jugadores han estado muy comprometidos.

--¿Duda o no sobre si se jugará en Oro?

--Creo en la 'lucidez' de la gente. Cuando se consigue un éxito deportivo, hay que aprovechar el tirón. Cáceres no está para tirar este tipo de oportunidades. Hay que apuntarse y el deporte es algo vital para nuestro ocio, muy vinculado a la educación y al ejemplo que se le puede dar a los chicos.

--Pero está usted en un club siempre muy pendiente de las instituciones...

--Es que estamos en una ciudad y en una región en las que se necesita a las instituciones para poder vivir porque no hay un tejido industrial lo suficientemente fuerte como para sustentar el deporte profesional. Nosotros tenemos niños en la cantera, un respaldo social, y eso es Cáceres.

--¿Sería un fracaso no hacerlo?

--Sería una oportunidad tirada por la borda. Una ciudad como Cáceres tiene que brillar en muchos sitios, en muchos aspectos. ¿Por qué no vamos a jugar en la segunda categoría del baloncesto masculino nacional? Ya hay muchos equipos en la élite. ¿Por qué el baloncesto no?

--Personalmente, ¿qué pediría para la vuelta a la segunda categoría?

--Compromiso de todos: del club por hacer las gestiones oportunas, de las instituciones para respaldar un proyecto a largo plazo, de la afición para que se sume a esta ola ganadora y se hagan mil socios más... En general, a todo el mundo. Hay que hacer un papel digno, alargándonos en el tiempo sin penurias cada año para no estar pendientes de si podemos salir o no.

--¿Ya tiene su 'quiniela' sobre quién quiere que siga en la plantilla?

--Sí. Empecé a pensarlo cuando jugamos en Castellón. Muchos jugadores se han merecido la continuidad, pero lamentablemente algunos de ellos se van a quedar fuera si queremos reforzar el equipo. Es ley de vida en el deporte profesional. Pero siempre les quedará en el currículum que han subido a Oro y eso es muy importante.

--¿Se ve otra vez en la máxima categoría? ¿Es quizá éste su sueño inconfensable?

--Tuve en la mano entrenar al Cáceres en ACB, en la temporada 2002-03, la del descenso. Creo que fue un error no aceptar la oferta que me hicieron a mitad de temporada porque pienso que hubiese podido mantenerlo. Fue casi un ataque de orgullo y me he arrepentido con el tiempo, viéndolo con perspectiva. Por conocer mucho el club y la directiva y tener muy buena relación con los jugadores, podíamos haber solventado una serie de problemas. También estaba entrenando al Plasencia. Siendo equipo de LEB Plata, les ganamos la Copa Extremadura.

--¿Qué opina sobre que el Al-Qazeres pueda seguir en la Liga Femenina?

--Que cualquier equipo de mi ciudad pueda estar en lo más alto me parece buenísimo para poder ir a verlo. Luego está el tema de lo que decidan ellos. Yo estaría encantado de la vida.

--Muy personal. ¿Es usted el Angel Marcos del baloncesto cacereño?

--Le tengo mucho aprecio. No sé juzgar su nivel como entrenador porque no le veo trabajar y no sé de fútbol. Pero cualquier persona que defienda al Cacereño como yo defiendo al Cáceres me parece extraordinario. El sabía que tenía que salvar al equipo y lo ha conseguido.