En años anteriores, no pareció haber duda alguna. Que Ñete Bohigas iba a seguir siendo el entrenador del Cáceres la siguiente temporada era algo que ya se conocía con bastante antelación, incluso de boca del propio club.

Inopinadamente, en éste no se está repitiendo esta circunstancia. Y es, cuando menos, un fenómeno extraño. ¿De verdad hay dudas sobre los merecimientos del técnico para ser al frente de la nave verdinegra? Para mí y para muchos ha sido su mejor temporada. Con un presupuesto realmente limitado, haber conseguido la permanencia en la LEB Oro con mucha antelación tiene unas dosis de mérito bastante grande. Ello debería zanjar el debate y Bohigas haber concretado ya su continuidad.

Sin embargo, algo ocurre. ¿Problemas entre el entrenador y la directiva? Después de cuatro años juntos, es bastante probable que haya aparecido alguna grieta. Lógico cuando una relación se prolonga en el tiempo. El presidente del club, José Manuel Sánchez, ha alimentado la incógnita en una entrevista publicada en este periódico hace un par de semanas, justamente cuando la temporada se había salvado ya definitivamente.

Uno cree que, por una pura razón de respeto al profesional, que a la vista de los resultados está que lo ha hecho realmente bien, sería un error morrocotudo no ofrecer la renovación a Bohigas, alguien en absoluto dudoso ni de aptitud ni de compromiso, al tiempo que de conocimiento del club y su entorno.

Otra cuestión que habría que conocer cuanto antes es el tipo de proyecto que se quiere hacer, y si ahí encaja de verdad Bohigas. Evidentemente todo hace indicar que sí. Sin embargo, me consta que hay, cuando menos, dudas sobre la continuidad del técnico, para mí un mal síntoma. Una equivocación que, sin embargo, puede revertirse a poco que impere el sentido común.