No pueden correr antes de cumplir 15 años y ahí están ellos, los niños, los de ahora y los futuros campeones o pretendientes al trono, haciendo cola en los circuitos, en los parques cerrados de los grandes premios, esperando que el calendario deje caer al suelo su última hoja para sentarse en una moto de GP y dar las primeras vueltas después de los grandes.

La consolidación al frente del Mundial del australiano Casey Stoner, un niño que llegó de Australia y fue recogido cariñosamente por Alberto Puig es la mejor demostración de que los campeonatos de promoción son la mejor manera de alcanzar la cima.

La pareja perfecta

Stoner, que tuvo muchas dificultades para brillar en 125cc y que en dos y medio tropezó con un pletórico Pedrosa, ha explotado nada más aterrizar en la categoría reina pero, sobre todo, al asociarse a la altísima tecnología esgrimida por Ducati en su Desmosedici. Es, según todos, la pareja perfecta.

El acierto de Ducati a la hora de elegir a su campeón ha hecho que tanto Honda como Yamaha apuesten, y mucho, por Pedrosa y Lorenzo, dos pilotos que, en manos de dos auténticos descubridores de talentos, Puig y Dani Amatriain, deberían convertirse en las auténticas alternativas del gran dominador del campeonato grande.

Pedrosa se enfrenta al gran reto de ganar, cosa que ya hizo en su primer año en MotoGP y que repitió al final de la pasada temporada. "He logrado tres títulos, sí, pero aún no he logrado lo más grande", señala Pedrosa. "Lo que he conseguido es de ensueño, sí, pero no suficiente. Quiero más, mucho más".

Y, por ese más pelean los mejores, jóvenes como Lorenzo o Dovizioso. Tras ellos, necesitados de triunfos y gloria, vienen otros, muchos más. El último de la fila, de momento, es el catalán Marc Márquez que, con sus 15 años recién cumplidos, tendrá que esperar a Jerez para vestirse de cuero e inaugurar la que dicen será una carrera histórica.

Márquez, el más pequeño y ligero de los pilotos del Mundial hasta el punto de que corre con 20 kilos de lastre, se fracturó el brazo derecho en los ensayos de Jerez y verá el estreno del campeonato por televisión. "Fue, de verdad, la caída más tonta de mi vida deportiva", explica el catalán. De una vida muy corta, demasiado como para empezar a valorarla. Todavía.