Cuando un modelo lleva más de medio siglo en el mercado y a través de las diferentes generaciones que han ido apareciendo se ha ganado el reconocimiento a su efectividad y a su fiabilidad, parece que pocas cosas más se pueden hacer para mejorar lo hecho. Sin embargo, este es el caso del Land Cruiser que a pesar del extraordinario éxito que está teniendo en el mercado mundial, en Toyota han querido darle un nuevo impulso a la última generación incorporando nuevos sistemas electrónicos con el objetivo de mejorar su respuesta dinámica tanto sobre el asfalto como fuera de él.

El resultado es un vehículo que, aparte de ofrecer cambios estéticos, mejoras de equipamiento y una presentación muy cuidada, se muestra como un todoterreno capaz de llegar donde nadie llega y hacerlo con un excelente confort para sus ocupantes, algo que no siempre acompaña a este tipo de vehículos. Y si en la tierra y en las piedras su eficacia es total, en el asfalto su dinamismo ha mejorado también.

SOBRIO Y ELEGANTE Esta nueva generación muestra cambios estéticos que, sin ser profundos, ayudan a que el Land Cruiser muestre una imagen más fresca y dinámica. Nuestra versión es la de tres puertas y ello conlleva el que el acceso a las plazas traseras sea bastante dificultoso, especialmente para los adultos. El ligero incremento de medidas no afecta al interior ya que se debe al aumento de volumen de los parachoques. El espacio en las plazas traseras es bueno para dos adultos que disfrutan de buena distancia para las piernas y también de cierta altura libre al techo; para un desplazamiento corto pueden ir tres, pero con bastante incomodidad. Las plazas delanteras son amplias y los asientos recogen bastante bien el cuerpo además de ser amplios y confortables.

El salpicadero presenta un diseño nuevo, mucho más elegante y completo, al menos en el acabado VXL de nuestra versión. Ya no es solo una cuestión de presentación, sino también de materiales y acabados. El arranque y parada del motor es ahora por botón eléctrico y el cuadro de instrumentos, con el sistema Optitron, ofrece una fácil lectura. La posición de conducción es buena y también la visibilidad en todos los ángulos, salvo hacia atrás aunque la ayuda del sensor del aparcamiento es vital para las maniobras. Además de la guantera de buena capacidad, hay diversos huecos para dejar cosas. El maletero ofrece una excelente capacidad, gracias a que la rueda de repuesto de tamaño normal, va colgada al exterior del portón.

EMPUJE GARANTIZADO El motor que lleva el Land Cruiser es el conocido tres litros de inyección directa aunque el sistema de inyección ha sido revisado para reducir emisiones y consumir menos. Da 173 CV, más que suficiente para mover al vehículo con soltura, sobre todo considerando que el peso se sitúa en las dos toneladas. Empuja con decisión mostrando una gran elasticidad y también un nivel acústico más que aceptable.

Nuestra unidad iba dotada de caja de cambios automática con cinco velocidades y uso secuencial. En esta última faceta, las aceleraciones y reducciones ofrecen una rápida respuesta, mientras que en modo automático su funcionamiento es muy suave y progresivo. Bien es verdad que no es un vehículo para disfrutar de aceleraciones fulgurantes, pero la capacidad de recuperación es más que satisfactoria.

El equipamiento de serie que incorpora es más que completo en todas las facetas, tanto en seguridad y confort como en dotación para la práctica del todoterreno. Muy práctico el sistema Multi-terrain que permite elegir entre cuatro modos de tracción según el terreno que se pisa (gravilla, arena, barro y piedras) y cuyo mando está ubicado en la parte baja de la consola, al igual que el selector de tracción.

Por lo que concierne a consumos, las cifras están en consonancia con lo que tenemos entre manos, tanto por volumen como por peso, pero aun así, hay que considerarlas muy ajustadas, especialmente las de carretera.

CONFORT DE MARCHA Uno de los apartados en los que han trabajado los técnicos en esta nueva generación son las suspensiones, especialmente en el eje delantero que ofrece un reglaje de muelles y amortiguadores más firme. El resultado no es otro que una excelente actitud dinámica tanto en carretera como fuera del asfalto, disfrutando de un elevado confort de marcha. Ofrece una excelente estabilidad, sin oscilaciones de carrocería a pesar de la altura del vehículo, con lo que el conductor tiene una buena sensación incluso en el paso por curva a buen ritmo.

La dirección asistida hidráulicamente además de ser muy suave es también muy precisa, mientras que los frenos que han ganado tamaño respecto a la generación anterior, cumplen muy bien con su cometido presentando una buena resistencia a la fatiga por un abuso del pedal que tiene un tacto progresivo.