La verdad es que Javier Clemente, el seleccionador español que también, cómo no, perdió la oportunidad de su vida de sentenciar a Italia en aquel Mundial de EEUU, no tenía demasiadas ganas de hablar del asunto. Y no solo porque esté harto de que le recuerden aquella derrota, que también, sino por el hecho de que él jamás desanda lo andado. "Nunca miro atrás, nunca".

Pero habló, seguro, en honor de aquel grupo humano que él había juntado convencido de que podían proclamarse campeones del mundo. "Cada vez que pienso en aquella selección me entusiasmo", señala Clemente tras comprobar que su interlocutor es quien es. "Y me entusiasmo porque eran tan buenos que se podían haber proclamado campeones del mundo". Habla en plural, pero casi no se incluye.

Todo muy injusto

Clemente recuerda aquel pasaje, aquel Italia-España o España-Italia ("¡Qué más da!"), como un acto de injusticia en todos los sentidos. "Fuimos superiores a ellos durante todo el partido. Llegamos a la recta final del encuentro empatados, pero siempre mejores. A Julito se le escapó aquella oportunidad, o la detuvo Pagliuca, ¡qué más da! Y, cinco minutos después, Roberto Baggio nos mete un gol que estuvo a punto de detener Pitu Abelardo sobre la línea de gol".

A Clemente no solo le pierde haberse visto apeado futbolísticamente, también le sabe mal haber caído con la ayuda arbitral. "Aquel árbitro húngaro Sandor Puhl, se llamaba se cagó y bien. El codazo de Tassotti a Luis Enrique fue de todo: penalti y expulsión. ¡Pues no pitó nada! Luego, ¡qué asco!, la UEFA premió a ese colegiado con la final y a Tassotti le metieron ocho partidos de sanción. ¿Pero no habíamos quedado que no había sido nada?".

Y Clemente piensa en Italia. De nuevo. "Tienen raza, oficio, son fuertes, saben competir, tienen picardía y, si hay que ser tramposos, son los más tramposos. Me hace gracia que ahora, tras recibir una lluvia de elogios, exagerados, sí, resulta que oímos el nombre de Italia y nos cagamos, nos asustamos y vamos al saltar al campo encogidos. Pero, bueno, ¿nosotros no éramos los mejores?"."Y digo yo, no seremos tan buenos si cuando oímos el nombre de Italia nos asustamos. A Rusia la ganamos porque ellos equivocaron el planteamiento; a Suecia, ya saben, en el último minuto y porque Villa hizo de Villa y a Grecia, bueno, a Grecia la ha ganado todo el mundo", mantiene.Clemente no lo dice, pero lo piensa. Piensa que la selección debería tener más mala leche.

"Y digo yo, no seremos tan buenos si cuando oímos el nombre de Italia nos asustamos. A Rusia la ganamos porque ellos equivocaron el planteamiento; a Suecia, ya saben, en el último minuto y porque Villa hizo de Villa y a Grecia, bueno, a Grecia la ha ganado todo el mundo"

"Son niños buenos. Eso sí, cuando juegan bien lucen muy lindos".