Carlos Sastre, Alberto Contador, Samuel Sánchez, Joan Llaneras, Alejandro Valverde, Oscar Freire y Oscar Pereiro. Con estos personajes, con esta calidad, los patrocinadores deberían volcarse en el ciclismo español. Y lo único que hay es espacio vacío para colocar la publicidad en los maillots, cada vez menos equipos y muchas horas perdidas por los organizadores para encontrar empresas que quieran patrocinar carreras, incluida la Vuelta.

España tiene los mejores ciclistas del concierto mundial, una generación nunca vista, lejos de la hegemonía individual de otros años que encabezó Miguel Induráin. Pero, ciertamente, con la retirada del navarro --y ya se van a cumplir 12 años de ello-- las grandes empresas españoles dieron cerrojazo a este deporte. Y encima llegó la crisis del dopaje, iniciada en 1998, que asustó a los consejos de administración a la hora de invertir.

CAPITAL FRANCES Así las cosas, en España, en estos momentos, solo hay dos equipos profesionales de primera línea y uno de ellos, Caisse d´Epargne, está tutelado por la principal caja de ahorros francesa. El Euskaltel se mantiene activo gracias a la telefonía móvil y al apoyo de las instituciones políticas vascas. Contador ha tenido que emigrar (Kazajistán), al igual que Freire (Holanda). En Francia, el Tour continúa exhibiendo con orgullo sus firmas colaboradoras --Crédit Lyonnais muestra el maillot amarillo como gran reclamo a la hora de captar clientes-- y cuenta con el apoyo de empresas como Carrefour, Nestlé y Nike.

En Italia, el Giro es patrimonio nacional y, sobre todo, el próximo año, que cumple el centenario con un masivo apoyo mediático e institucional. Ayer mismo se presentó la bicicleta oficial de los 100 años, curiosamente de la marca --Cérvelo-- que lanzará en la nueva temporada un equipo puntero liderado por Sastre, quien ya ha confirmado su presencia en la ronda italiana del 2009, al igual que Lance Armstrong. SERGI LOPEZ-EGEA