El colombiano Félix Cárdenas, del Labarca-2, conquistó ayer la cima de Sierra Nevada, techo de la Vuelta con 2.510 metros de altitud, al imponerse en la decimosexta etapa, en la que Isidro Nozal mantuvo con comodidad el liderato y se apretó la lucha por el segundo puesto de la general con Roberto Heras a sólo seis segundos de Igor González de Galdeano.

Cárdenas obtuvo el premio a la tenacidad demostrada en toda la Vuelta. Había sido dos veces segundo, una tercero y siempre protagonista en las etapas de montaña. Solo le faltaba lo más alto del podio y por fin lo consiguió en la cima de Sierra Nevada.

PODER COLOMBIANO

El líder del Labarca-2 alcanzó a Juan Miguel Mercado a menos de un kilómetro de la línea de meta, después de abandonar la compañía de los Kelme Oscar Sevilla y Alejandro Valverde y entró en solitario tras una gran remontada ante la desesperación del primero y la sorpresa de dos compañeros de equipo que no pudieron ante un solo rival. En esta ocasión Cárdenas, de 30 años y ya rey de la montaña, tenía claro lo que debía hacer: "aguantar la rueda de Sevilla, que era la buena" y atacar a falta de dos kilómetros.

Sevilla y Valverde, protagonistas en toda la subida, entraron a 18 segundos y Roberto Heras, que pasó la meta a 1.02 del ganador, le arañó 53 segundos a Nozal e Igor González, por lo que se situó tercero en la general a 6 segundos del compañero y exjefe de filas del maillot oro, quien sigue contando con más de tres minutos para la recta final.

La jornada se redujo en su historia a los 30 kilómetros de ascenso a Sierra Nevada, cuando empezó a ventilarse el triunfo de etapa. Antes estuvo clara la nula disposición del pelotón a plantear el menor asomo de batalla. El ambiente sobre la autovía camino de Granada recordó más al último día de carrera de homenaje al vencedor que a una jornada con final en el techo de la Vuelta. Toni Tauler y Pedro Díaz Lobato protagonizaron la escapada más larga.

El Once-Eroski abrigó en todo momento a Isidro Nozal, con un gran trabajo de Marcos Serrano, pero el cántabro volvió a sufrir con la carretera empinada y pudo salvar el día gracias a un colchón de minutos que, aunque haya mermado, aún le permite ver su sueño cada vez más cerca.