Es tímido o, al menos, lo parece. Tiene la medida justa de modestia, la suficiente para no ser considerado un soberbio y la necesaria para no ser tachado de irrelevante. Le cuesta sostener la mirada, pero es un truco: se le adivina ambicioso. Parafraseando a John Lennon: ´qué artista no es egoista´. Pues bien, todo deportista de élite debe contar entre sus virtudes con la ambición. Jorge Campillo tiene la técnica, sabe competir -tal y como viene demostrando-, su objetivo manifiesto es dedicarse al golf profesionalmente... Y tiene la cabeza bien amueblada. De esto no hay duda. Puede ser uno de los mejores deportistas extremeños si logra realizar coherentemente la transición al profesionalismo desde una trayectoria plagada de éxitos en las categorías inferiores. El sábado se convirtió en campeón de Europa junior, liderando a la selección española en la final frente a Italia. Hoy marcha a un torneo en Biarritz, sin apenas tiempo para saborear la victoria. En agosto participa en el Campeonato de Europa absoluto. En tiempos de sequía para el deporte extremeño, es gratificante enfrentarse, cara a cara, con un triunfador.

--20 años y campeón de Europa; no suena nada mal

--La verdad es que no. Era la última oportunidad que teníamos de ganar este torneo, algo que España no hacía desde 1981, y hemos tenido suerte.

--¿Partíais como favoritos? ¿Teniais esperanzas o habeis ido día a día creyendo en vuestras posibilidades?

--Se jugaba en España, de manera que teníamos una responsabilidad en este sentido. Hemos ido superando dificultades en cada eliminatoria. Lo pasamos mal contra Gales, Escocia e, incluso, en la final ante Italia. Finalmente tuvimos un poco de suerte.

--A nivel individual, imagino que habrá supuesto profesionalmente un salto de calidad

--Efectivamente. Haber ganado el sub 18 y ahora el sub 21, habiendo mejorado mi juego, ganando todos los partidos, salvo uno, ha sido muy importante.

--Jorge Campillo es el único jugador español de la historia que posee los Campeonatos de Europa sub 18 y sub 21. Imagina la presión que tienes, las expectativas que has despertado.

--Hay que tener en cuenta que son Campeonatos a nivel de selección, no individuales. Me están saliendo bien las cosas, pero no siento ninguna presión, sólo el deseo de hacer las cosas bien.

--Jugador clave del torneo, el que más puntos ha dado a la selección, titular indiscutible... ¿Qué importancia tiene la mentalización para competir?

-Fundamental. Una competición de este tipo cansa mucho mentalmente. Hay gente que se da por vencida. Yo no me doy por vencido. Hay partidos que empiezas mal, pero acabas remontando. Esa es la mentalización que hay que tener. Mantener la cabeza fría es importantísimo para jugar al golf.

--¿Puede esta selección convertirse en la nueva generación de oro del golf español, sustituir a los Ballesteros, Olazábal...?

-Espero que si. Muchos jugadores españoles de esta generación están ganando torneos que antes nos se ganaban. Hay jugadores muy buenos. Incluso un jugador español, Pablo Martín, domina el ranking de los Estados Unidos. Esta generación es muy buena, aunque nos queda afianzarnos y dar el salto al profesionalismo.

--Yo soy de los que piensan que la ambición es una virtud que te ayuda a lograr objetivos.

-Tienes razón. Yo soy ambicioso, no me gusta perder.

---Estudias económicas en una Universidad americana y dudas entre coger la rama de finanzas o dirección de empresas, en el plano deportivo ¿qué objetivos inmediatos te marcas?

--En agosto acudo por cuarta vez al Campeonato de España absoluto y mi objetivo es mejorar la duodécima plaza del año pasado, aunque voy a ganar.

--¿Te planteas vivir profesionalmente del golf?

--Si, en principio si, pero hay que ir con cuidado. Las cosas están difíciles. Hay muy buenos jugadores y va a depender de cómo vayan saliendo las cosas en los próximos tiempos.

-Supongo que el hecho de que tu padre sea aficionado, jugador y presidente de la Federación Extremeña de Golf ha marcado tus preferencias a la hora de elegir este deporte

--Siempre me gustó este juego y cada vez me gusta más. Me divierto jugando, sobre todo cuando gano. Desde pequeño se me dio bien y, claro, supongo que el hecho de que mi padre fuera un gran aficionado ha tenido que influir de una u otra forma. En todo caso, nunca ha insistido para que me dedicara a esto; es una decisión que se ha ido fraguando con el paso de los años, sobre todo a partir de cumplir los 16.